“Corría, aun
estando sin aliento, debía seguir avanzando... miró hacía el frente,
una muchacha con una larga melena rubia corría delante de ella con
dificultad por el dolor horrible, por lo que parecía, había perdido un
brazo y sangraba sin cesar. Volvió su cara hacia Anna, reflejaba el
terror que estaba sufriendo, cada vez se alejaba más de ella ¿Porqué?
¿Ambas estaba huyendo de algo... o la muchacha huía de Anna? No ¿Porqué
debía de huir de ella? Pero, esa sangre en sus manos... ¿Acaso era de
esa chica? ¿Que fue lo que pasó aquella horrible noche?”
Su mente volvió de entre sus recuerdos,
esa muchacha que al parecer huía de su peor pesadilla, estaba ahora
frente a ella, en el suelo sin vida. En lo más profundo de su alma
sintió un alivio al ver que no se trataba de su hermano, algo demasiado
egoísta pero así era, no podía evitarlo, las lagrimas inundaron sus
mejillas mezcla de tristeza y alivio.
-¡¿Anna?! ¿Estas bien?
Jessica posó su mano en el hombro de Anna
para consolarla, el gesto le hizo dar un fuerte respingo. Tenía que
saber a ciencia cierta lo que estaba pasando debía averiguar la verdad
fuera cual fuese.
-Creo que mi hermano está en peligro
Jessica...- Giró su cara hacía su amiga, se levantó con gran pesadez y
se abrazó a ella. Era lo que, en ese momento, podía calmar un poco su
angustia.
Toda la calle estaba, ya, llena de gente,
no paraban de comentar que era lo que le había pasado a esa chica. El
hombre que la llevó hasta allí explicó, con gran tristeza, que se le
apareció en su puerta. Aún viva, se desplomó y aspiró el último aliento
en sus brazos.
-Bueno, ahora, por favor despejen la
calle, no sean morbosos y que cada uno se valla a su casa- la voz
pertenecía al agente Carry, era un tipo muy alto para las proporciones
que tenía, a primera vista daba la impresión de alguien desgarbado y
desagradable, por eso la gente temía, a veces, cruzarse con él. Ahora
que estaba allí, la gente sin decir nada más, comenzaba a abandonar el
lugar, Anna aun miraba hacia atrás, a la manta que ocultaba el cadáver.
-Agente Carry, lo más seguro es que fuera
atacada por un animal, pero debe ser enorme para hacerle esto a esta
chiquilla- el hombre corpulento estaba acercándose al cuerpo, con
seguridad en sus palabras.
Se agachó al lado del cadáver y el agente lo imitó, comenzó a apartar la manta para que este viera a la chica, le faltaba un brazo, estaba arrancado de cuajo, el resto de su cuerpo estaba magullado y con heridas profundas por todos lados. Imposible que pudiera salvarse de eso, había perdido mucha sangre antes de que apareciera en la puerta del cazador del pueblo.
Se agachó al lado del cadáver y el agente lo imitó, comenzó a apartar la manta para que este viera a la chica, le faltaba un brazo, estaba arrancado de cuajo, el resto de su cuerpo estaba magullado y con heridas profundas por todos lados. Imposible que pudiera salvarse de eso, había perdido mucha sangre antes de que apareciera en la puerta del cazador del pueblo.
-Lo más seguro, es que anoche se adentrara
demasiado en el bosque y un oso la atacara, de ahí que le falte el
brazo, y que tenga tantas heridas, pero lo extraño es que llegara a tu
casa todavía viva... ¿No te dijo nada antes de morir?
-No, solo salieron de su boca cosas sin
sentido, cuando le quise preguntar me di cuenta que ya estaba muerta,
Carry debemos alertar que hay un oso cerca, podría haber mas víctimas...
-No, no quiero que comience a cundir el
pánico, ayer con la celebración lo más seguro es que se fuera al bosque y
desorientada por el alcohol, se fuera mas allá de la zona en la que
tenemos jurisdicción, llamaré al forense, tardará un par de días, pero
nos dirá si tenemos que vigilar bien si los osos se están acercando
demasiado a la zona cercana al pueblo, por lo que pueda pasar estate
atento... y Henry... lo que veas extraño dímelo, solo a mí- El agente
volvió a tapar el cuerpo con la manta, con gran esfuerzo cogió el cuerpo
en sus brazos, gimiendo por el esfuerzo. Se dirigió a su furgoneta
ranchera, medio desguazada, y dejó lentamente el cuerpo en el
montacargas. -¿Está claro?
El cazador asintió con su cabeza y se
alejó del lugar mirándose la ropa, totalmente manchada por la sangre de
la chica. Dobló la esquina pero no vio que Anna seguía ahí y que había
escuchado toda la conversación, esta se apresuró hacia el vehículo del
policía...
-Quiero denunciar una desaparición
-¿De quién se trata?- El tono de su voz transmitía cansancio aun así se paró a atender a Anna, eso si, con desgana.
-Mi hermano, Ariel
-Pero llegó ayer con los del ejercito,
Anna lo más seguro es que aún ande celebrando lo de ayer, además deben
pasar cuarenta y ocho horas antes de que yo pueda hacer algo
-¡No! ¡Él no es así! Además...- No podía
decir que se fueron juntos de la fiesta sería algo sospechoso, decidió
callar... -Además, acaba de aparecer una chica muerta ¿No cree que está
pasando algo extraño? ¡Mi hermano podría estar en peligro, agente!
-Lo de la chica ha sido un caso fortuito
Anna, le ha atacado un oso por alejarse demasiado del pueblo, tu hermano
es mas sensato, seguro que ya anda en casa, venga vete, tengo que hacer
cosas más importantes, muchachita- sin mas dilación se dirigió a la
puerta del coche y entró en él. -Ahora vuelve a tu casa
Anna observó como la furgoneta se alejaba,
no podía volver a casa tenía que descubrir la verdad, aún sin la ayuda
del agente Carry...
-Ese es otro cabrón, este pueblo está
lleno de ellos, el único que se salva es tu hermano- El comentario de
Jessica le obligó a dibujar una sonrisa.
-Tienes razón, pero me da miedo que Ariel esté en peligro, y nadie haga nada, me siento muy impotente Jessica...
-Vamos, te llevo a casa...
-Hablando de eso... ¿Me harías un favor?-
Jessica asintió con la cabeza en señal de que prosiguiera con su
petición... -Hasta que Ariel aparezca ¿Podrías quedarte en mi casa?
-Anna, por supuesto que sí, no te dejaré sola en estas circunstancias, vamos...
Jessica la agarraba de la mano para que no
se parara, algo le llamó la atención, juraría haber visto a una figura
observarlas desde unos arbustos en el parque por el que pasaron. El
tirón de su amiga, para que no cesara en sus pasos, le hizo apartar un
segundo la mirada de aquel lugar, miró de nuevo pero ya no estaba...
¿Qué estaba pasando? Algo le obligó a acelerar tanto el paso que ahora
era ella quién tiraba de su amiga...
Serían las seis de la tarde cuando cayó
rendida en la cama, esperaba que al día siguiente se diera cuenta que
todo fue una terrible pesadilla. Solo se dejó caer... Y el sueño
fácilmente se apoderó de ella... Estaba cansada... muy cansada...
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Oscuridad por Laura Ramírez Patarro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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