Capítulo 3: ¡¡Ni loca!!
Capítulo 4: Cómicas desdichas
-¡Escuchad joder!- El hombre agradeció la llamada de atención de Key y se dispuso a aclarar la situación:
-Lamento decirles que ha habido un error...- Se sobó la cabeza, sabía que lo que venía no iba a gustarles demasiado. -Tendrán que vivir juntos...
-¡¿Qué?!- Ambos gritaron al unisono, Key se les unió. Los tres abrieron sus ojos dirigiendo su mirada al mismo punto.
-Lo siento mucho pero...- El casero fue interrumpido por Laura, estaba fuera de si y el jarrón que aún tenía en sus manos se movía peligrosamente entre estas.
-¡No! ¡No, no! ¡Yo no estoy dispuesta a convivir con este zopenco!- Jonghyun avanzó hasta ponerse al lado de la muchacha para hablar incluso con más altanería.
-¡Ni yo voy a permitir que en MI casa viva esta majareta!-
-No hay otra solución, todos los demás departamentos están ocupados. O aguantan un poco hasta que encontremos una solución, o uno de los dos tendrá que irse- Planteó el hombre con calma.
-¡Ella! ¡Él!- Gritaron casi al mismo tiempo. Volvían a dedicarse miradas de odio extremo y al parecer ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.
El casero no sabía donde meterse, jamás se había topado con tal panorama. Se frotó la cara con ambas manos. Key estaba comprendiendo que esos dos no se conocían de nada, al parecer Jonghyun había usado, inútilmente a Laura para librarse de él. Sonrió por la oportunidad que se le daba en bandeja y decidió actuar rápido, quizás conseguiría tener a ese adonis más cerca de lo que nunca había imaginado.
-Jong, ven a mi casa, no tendrás que aguantar a nadie- Se ofreció Key con descaro.
-Sí, a ti- Un golpe duro para el orgullo de la diva que fue contrarrestado sin pizca de tacto. Key no se caracterizaba por intentar ocultar sus fracasos, simplemente atacaba con lo que en ese momento sentía, que en ese instante era una tremenda molestia al saberse rechazado descaradamente.
-Já, imbécil desagradecido- Sus brazos se cruzaron en el pecho con total indignación.
-Tiene toda la razón, lo es; además de egocéntrico e inmaduro- Apoyó Laura, sus ojos se encontraron cómplices con los de Key. La primera vez que tenía una sensación agradable con ese chico altivo. Y para este, el primer atisbo de simpatía por ella; pensar en primera estancia que tenía algo con Jonghyun lo hacía verla como alguien a quien eliminar, un rival que ahora se convertía en un espontaneo aliado. Le causó gracia dicha ironía.
-Esta es mi casa, yo no me muevo de aquí- Dijo Jonghyun con tajante determinación.
Laura no iba a quedarse atrás, el error no era su culpa. El viaje había sido agotador y ahora nadie la dejaría en la calle, menos un niñato estúpido con ínfulas de marqués. Toda su vida había sido un recorrido de baches que sorteó con esfuerzo y dedicación, ahora no iba a ser diferente, esa era su casa, no cedería ante Jonghyun. Se lo tenía que dejar claro.
-Yo tampoco-
-Pues ya saben a qué atenerse- Concluyó el casero dispuesto a irse.
-¡No!- Laura le agarró el brazo impidiendo que se fuera y miró a Jonghyun intentando hacerle entender que ella no renunciaría a un techo por un malentendido. Mirándolo bien tenía pinta de ser alguien venido a más, no dudaba que tuviera otra casa mucho más grande y espaciosa que aquel departamento, ella no tenía nada más que esas cuatro paredes. -¡Vete con este muchacho, te está brindando su casa!-
-¡Que no! ¡Ve tú con él!-
-No me ha invitado- Se excusó la joven. Esta se giró hacia la diva con una señal clara: que la apoyara. Estaba segura que así lo haría.
-No la he invitado- Añadió Key sintiendo la mirada fulminante de Jonghyun y la sonrisa tímida de Laura.
-¿Desde cuándo estáis compinchados?- Mientras el trío discutía por ello el casero se había librado del amarre de Laura, disimuladamente se dirigía a la entrada hasta que algo lo hizo parar en seco.
Jonghyun sentía que todo el mundo estaba en su contra. Primero la encerrona de su hermano; luego la jugada fallida, terminada en desastre, con Laura; y ahora esa maldito fallo en la administración de aquellos departamentos. Quería estrangular a su hermano, al casero, a esa diva que cada vez lo estresaba más y, por supuesto, a esa mujer que intentaba irrumpir en su vida arrebatándoselo todo. No, ni hablar.
Tanto Key como Laura casi gritaron al ver como Jonghyun se les acercaba peligrosamente. El casero ya estaba en la puerta dispuesto a dejarlos, temía ser golpeado ¿Y si llamaba a la policía? No era partidario de ello, precisamente porque alguna que otra vez no había pasado los controles de sanidad y las multas habían quedado impagadas. Esperó en la puerta sin alejarse, de vez en cuando miraba al interior del departamento con miedo de como iba a terminar todo aquello.
-Ni se te ocurra volver a tocarme- Avisó Laura sin saber si temer o tragar fuerte cerrando los ojos por la maldita cercanía de ese estúpido. Aún tenía el jarrón en la mano pero se le había olvidado por completo ese hecho. Cuando Jonghyun la empujó en dirección a la puerta, ignorando por completo que Key estaba a su lado, la chica comenzó a gritar poniendo total resistencia. En vano intentaba dejar el peso de todo su cuerpo en los poderosos brazos de Jonghyun que cansado de sus movimientos la agarró desprevenida por la cintura. Su intención era la de aprisionar también los brazos pero Laura no paraba de agitarse como una loca y dejó, precisamente, el brazo con el que sostenía el maldito jarrón libre. Igualmente la elevó sin apenas esfuerzo y la escuchó gritar con ímpetu. -¡Bruto! ¡Animal!- Tenía intenciones de morderle, algo que le fue imposible puesto que esos brazos estaban fuera de su alcance.
-¡Suéltala!- Chilló Key detrás de ellos, consiguió parar a Jonghyun pero sólo para colocar a Laura un poco ladeada y tener libre su brazo derecho. Sintió que la muchacha casi lograba escapar, sin embargo, no se comparaba con la fuerza que estaba ejerciendo contra ella. Sin pensarlo dos veces fue hacia Key y le cogió por el antebrazo izquierdo, con determinación tiró de él, se sorprendió por lo que obtuvo. Jamás pensó que un tipo tan delgaducho pudiera tener tanta resistencia. -¡Suéltame!- Forcejeó la diva impidiendo que llegaran a la puerta.
En un descuido Jonghyun subió el brazo con que sostenía a Laura y esta tuvo su oportunidad, hincó sus dientes en la piel del joven que con un grito la soltó. Entonces miró su mano y el jarrón en esta, no lo dudó y quiso estamparlo en la cabeza del idiota que los estaba atosigando.
-Mierda...- Maldijo al ver que no era Jong quien caía despatarrado inconsciente por el fuerte golpe en la mollera...
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Con cuidado habían tumbado a Key en la cama de la habitación principal, había dos en aquel departamento pero esa estaba más cerca del salón, no querían moverlo demasiado sin saber las secuelas que le había causado el estampar un jarrón contra su coronilla. Lo que ninguno de los dos entendía era como es que ese objeto seguía intacto. Jonghyun con cuidado lo puso en la encimera de la cocina aunque lo pensó mejor y terminó escondiéndolo en el mueble debajo del fregadero. Esa mujer estaba desquiciada, si terminaban compartiendo piso no estaba dispuesto a dejar objetos “ligeros” alrededor de ella. Por nada del mundo quería terminar con alguno de ellos estampado en la cabeza.
Después de poner varias cosas “peligrosas” acompañando al jarrón, recordó por lo que había ido a la cocina, Laura le había dicho que le encontrara algodón y alcohol, por suerte los antiguos inquilinos habían dejado un pequeño botiquín de primeros auxilios, así que hecho esto se fue a donde estaba la joven intentando reanimar a Key. Se encontraba de rodillas frente a la diva, observando que estuviera bien dentro de lo que cabía.
-Toma- Dijo brindándole ambas cosas y dejando que ella hiciera el resto se acomodó en el borde de la puerta.
-Mira como está ¡Ha sido tu maldita culpa!- Señaló al pobre Key antes de continuar vociferando. -¡Te podría denunciar por esto! Bien que haría...- Jonghyun cruzó sus brazos con aparente indiferencia. Viendo como Laura intentaba abrir el bote de alcohol sin éxito.
-¡Has sido tú!- Se defendió Jonghyun sin dejar de apoyarse en el quicio de la puerta.
-¡Tú nos has agredido antes, yo quería darte a ti!- Se levantó hacia él.
-Nunca pensé que lo de lanzar eso lo dijeras en serio- Intentó restarse culpabilidad.
-Pues ya lo sabes, ten cuidado la próxima vez ya que en esta casa hay muchos adornos con los que practicar mi puntería- Amenazó Laura montada en cólera, seguía intentando abrir el maldito bote.
-Bastante mala, por cierto...- Jonghyun provocaba divertido, tragó saliva al ver como la joven alzaba el bote sobre su cabeza.
-¡¿Quieres comprobarlo maldito?!-
-No no, ya la has liado bastante- Subió sus manos en falsa molestia, se lo estaba pasando pipa.
-¡Aish! Eres imposible- Derrotada extendió su brazo hacia Jonghyun. -Abre esto...- Él se hizo el loco cruzando sus brazos de nuevo; ella sabía perfectamente lo que él quería que dijera para que hiciera lo que le pedía. -Por favor...-
-Por supuesto- Con una sonrisa triunfante agarró el alcohol para abrirlo, Laura bufó al ver que tras varios intentos de hacerse el fuerte, el bote seguía sin ceder. Desgraciadamente no pudo hacer nada para conseguirlo por lo que ambos comenzaban a desesperarse. -¿Qué demonios?-
Laura se lo arrebató en una de esas veces y al descubrir que lo estaban haciendo al revés casi rió por la estupidez que habían demostrado por igual, sonrieron en un silencio incómodo. Laura aclaró su garganta mientras echaba el alcohol en el algodón para ponerlo bajo la nariz de Key.
-Veamos si...- Fue interrumpida por un sonido, claramente el de un móvil, provenía del pantalón de Key. Con pudor Laura lo sacó. Jonghyun omitió comentar que con las preferencias de Key no tenía porqué ser tan cuidadosa al andar tocándolo. Ella atendió para ver si se trataba de algo urgente. -¿Sí? Ah... Entiendo... Bien, adiós- Miró a Jonghyun después de colgar y habló. -Un amigo de Key. Dice que está en la puerta de su apartamento ¿Tú sabes cuál es?- Jonghyun asintió invitándola a seguirlo, el tema de la casa parecía algo mundano comparado con la situación de tener a alguien inconsciente sobre la cama y otra persona recién llegada desconociendo el estado de su amigo. El malentendido podría írseles de las manos.
Al salir Laura pudo comprobar que se trataba del piso de al lado, lo que no se esperaba para nada fue la persona que esperaba con sus maletas frente a la puerta. Sonrió por la casualidad y habría comentado la extraña coincidencia hasta que una cuarta persona se les sumaba.
-¡¿Minho?!- Era la voz de Key a sus espaldas.
-¡Key!- Gritó aquel muchacho que ahora, al girar hacia ellos, se daba cuenta de la presencia de Laura. -¡Tú!- Masculló alegre, con su perfecto español. Su encantadora sonrisa la dejó con una mezcla de sensaciones, realmente no entendía nada pero igualmente estaba un poco más feliz de ver a ese apuesto joven que pensaba no vería nunca más...
Capítulo 5: Las preferencias del chico nuevo

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