Reconocimiento – NoComercial – SinObraDerivada (by-nc-nd): No se permite un uso comercial de la obra original ni la generación de obras derivadas. |
- 1º No se puede sacar dinero de ella, ya que es mía y hecha sin fines lucrativos.
- 2º No se pueden hacer adaptaciones de ningún tipo sin el consentimiento del autor, o sea, yo. Una adaptación es toda aquella que tenga similitudes con la historia original en un 80% o la trama sea la misma. En caso de ambas es directamente un plagio.
- 3º No se puede compartir la obra o fragmentos de la misma sin los créditos pertinentes, sobretodo sin siquiera avisar al autor.
Aclarado esto, la entrada comienza ahora mismo...
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Para que veáis que soy buena subo otro sin ver ningún comentario... :'(
Mañana subo los demás porque ya me voy a dormir. Aquí en España son las 2:16 am
Besitos, hasta mañana. Espero que os guste...
Capítulo 15: El plan
Capítulo 16: Se busca
-Según la poca
información que nos da la policía, ese individuo irrumpió en la
comisaría y se llevó a una sospechosa en pleno interrogatorio.
Dicho sujeto es el llamado The Seeker, el famoso justiciero que
parece haber cambiado de bando ¿o siempre había estado de parte de
esa organización terrorista?...-
El ruido de la
televisión hizo que Lara se despertara. Al abrir los ojos quiso
vomitar, no porque el sitio oliera mal, que también, si no por la
sensación de mareo que persistía aún incorporándose y apoyar su
peso sobre el brazo derecho. Se sobó la cara desorientada. No sabía
dónde estaba ni porqué yacía acostada en ese maloliente colchón.
Miró a su alrededor: era una habitación, quizás de un motel ¿qué
demonios? Al poner sus pies en el suelo, sus recuerdos se aclararon
un poco con lo que escuchaba de la presentadora del telediario, así
que se deslizó hasta llegar a los pies de la cama y logró estar
frente a la pantalla. Puso su total atención, hablaban de ella, lo
presentía.
-... Gracias a
nuestros reporteros hemos podido saber e investigar la identidad de
la presunta sospechosa secuestrada por el Seeker- Abrió por completo
sus ojos ¿estaba alucinando? Se apegó más a la tele vieja y no
tuvo que fijarse demasiado para ver que estaba llena de polvo. Cerró
sus ojos ¿qué más daba? Estaba siendo nombrada en el telediario,
¡sabían su identidad, estaba acabada! -Dudamos justo por esa razón
que sea un secuestro la verdadera identidad de la joven nos confirma
que el Seeker nos ha estado engañando. Se sospecha que la famosa
organización terrorista “Los hijos del Kraken” está operando en
Seúl. Y por lo visto habían cazado a uno de sus miembros, que se
trata ni más ni menos que de...- Alguien apagó la tele, con un
mando a distancia.
-¡Ey!- Se giró
hacia la puerta, donde divisó una figura masculina. Este llevaba una
bolsa en una de sus manos y el mando en la otra, apuntando hacia la
pantalla ahora apagada. -¡¿Qué demonios...?!- Al reconocerlo se
levantó y fue hacía él sin ningún tipo de reparo.
El otro cerró la
puerta tranquilamente detrás de él, como si la ignorara, sin
embargo esquivó el golpe certero de Lara. El puño de esta se
empotró contra la puerta y mordió su labio para no gritar, antes
muerta que mostrarse débil ante ese cabrón. Lo vio acercarse sin
prisas a la tele, colocar el pequeño mando encima y dejar la bolsa
en el suelo.
-Antes de actuar
como un energúmeno debes escucharme Lara- Se pronunció tranquilo,
con su característica voz metalizada.
-Y una mierda-
Volvió a correr hacia él para atacarlo.
Esta vez el Seeker
no se apartó si no que detuvo el derechazo de la chica con su palma,
ella se sorprendió, seguramente le había dolido pero no mostraba
ningún signo de molestia. Bien, lo admiraba tan sólo un poco por
parecerse a ella en ese aspecto. No obstante, le importaba muy poco
qué similitudes llegara a tener con él, lo quería destrozado en el
suelo por arremeter contra ella y humillarla de esa manera. Hizo uso
de su mano libre y la impulsó hacia el rostro cubierto, ahora no
podía fallar. Error, él de nuevo había interceptado su magistral
movimiento. Maldición.
-Necesito- Cerró
sus manos alrededor de los puños de Lara con una bestial presión y
esta reprimió un gemido. -Que me escuches- Presionó más mientras
veía como la muchacha evitaba mostrar dolor.
Quizás por orgullo
o por el simple hecho de no querer ver que estaba siendo derrotada,
en ambos el Seeker admiraba su tenacidad. La obligó a retroceder
hasta que sus piernas toparon con el borde de la cama, sólo entonces
empujó levemente los brazos hacia ella y la gravedad hizo el resto
sentándola de nuevo en la superficie blanda.
-Por favor- Pidió
de nuevo el encapuchado. Que este se agachara frente a ella la
descolocó.
-Joder. Está bien,
habla- Lo miró a los ojos, o más bien el lugar donde deberían
estar, y aflojó los puños. Gesto que el Seeker entendió, por lo
que la soltó y seguidamente cruzó los brazos. -Pero quiero la
verdad ahora mismo o terminaremos muy mal tú y yo- Le advirtió
finalmente.
-Para empezar: tú
y yo no somos enemigos por lo que no necesitarás usar la fuerza de
nuevo ¿bien?-
-Al grano- Aunque
le costaba darle la razón con su corte seco, asintió con su ademán.
Él pareció
captarlo, sin embargo, ignoraría su tajante petición. -Segundo...-
Ella rodó los ojos. -He tenido un objetivo claro desde que tengo uso
de razón. Acabar con el Kraken- Eso si atrajo la atención de Lara.
-Tercero. Esto no ha sido idea mía si no del comisario- Sí, sabía
perfectamente a qué se refería: el supuesto secuestro, lo que
seguramente sería noticia caliente para los malditos reporteros.
-Cuarto. Quiero que sepas porqué colaboro con ellos y mi razón para
ir contra tu mentor-
-Ex-mentor-
Puntualizó ella.
-Entiendo-
Se levantó para ir
hacia la cómoda que estaba justo al lado de la puerta y debajo del
ventanal. Algunos cristales yacían rotos y esparcidos por el suelo
cerca de allí, ¿era un motel medio abandonado? ¿Sería la guarida
donde se ocultaba? Entonces, ¿no tenía otra identidad salvo la del
justiciero más buscado de la ciudad?
Él pisó
parcialmente algunos vidrios al llegar y coger una serie de papeles
que atrajeron entonces la atención de Lara. El Seeker apartó dichos
cristales con su pie al darse la vuelta y, con su brazo extendido, le
brindaba una carpeta color marfil. -Esto quizás te aclare un poco
quién es en realidad, aunque es sólo la punta del iceberg llamado
Kraken-
Lara agarró para
si lo que se le ofrecía y comenzó a hojear las hojas que contenían.
Una lista de nombres es lo que captó su atención, era bastante
larga y algunos apellidos le eran familiares. También había
tachones que no le dejaban reconocer la letra bajo ellos. Mierda.
Avistó el del Kraken y el de su padre entre los tachados, la verdad
es que casi todos estaban así. Cuando dirigió su mirada a los
últimos el Seeker volteó ese folio para que pasara al siguiente. Se
habría molestado si no fuera por lo que vio en el que ahora estaba
frente a sus ojos.
-¿Por qué todos
están registrados en el testamento de este tal...- Volvió a la
primera página para buscar el nombre que había visto en un
principio muy fugazmente. -¿Kwon? Espera- Su cabeza comenzaba a
sospechar, a darse cuenta de lo que desgraciadamente podía ser
verdad: todos estaban relacionados, quisiera o no, su ex-mentor había
comenzado con todo aquello mucho antes de que ella naciera ¿o le
quedaba otra posibilidad? -¿Kwon? Es decir ¿Ese hombre tiene algo
que ver con el Kraken?- Internamente deseaba que el encapuchado le
dijera que no.
-Así es-
Maldición. -Ellos fueron los protegidos del padre de Jae Hyuk, Lara-
Le aseguró el Seeker. -No tengo claras sus razones y no encontraré
jamás una tan contundente como para comprender por qué les destrozó
la vida-
-Esto no puede ser
real, esto es demasiado retorcido. He estado tan ciega por la
venganza que no me había dado cuenta- Se mordió el labio inferior
para no llorar. Aún le quedaba encerrarse en si misma y negar la
evidencia, algo estúpido que su cerebro no quiso descartar. -Estos
papeles no pueden ser legítimos. Tiene... tiene que- Se vino abajo.
Los removió de
atrás hacia delante y viceversa. Sus ojos estaban totalmente
desencajados buscando algo que le diera una razón para desconfiar
del Seeker.
Algo
que no la hiciese parecer como una estúpida ciega, manipulada
durante años por ese hombre.
Pero recordó los papeles de la mesilla de
Yonghwa. Joder. Había sido partícipe de ese demonio que ahora se
mostraba ante ella más claramente ¿Cómo? ¿Cómo había podido
servir al Kraken para matar y destruir a tanta gente pensando que
ellos eran los malos cuando en realidad no lo eran? Estaba siendo la
mano del diablo. Estaba manchada de sangre inocente. Su cabeza se
trasladó a todas y cada una de sus misiones, donde, por complicarse
las cosas, tuvo que deshacerse de guardias, guardaespaldas y algún
que otro personal de servicio que se resistía. No. Incluso había
matado a un objetivo del Kraken antes de que él pudiera hacerlo por
si mismo ya que era él expresamente quien se encargaba de acabar con
el principal objetivo. Todos en la organización hacían oídos
sordos, ¡ella también! Por la maldita farsa de su venganza, por
jugar a ser dioses. Una sensación de asqueo por si misma la hizo
estremecerse. Las piernas le flaquearon.
-¡Lara!-
Los brazos del
Seeker la sostuvieron para que no cayera. Logró llegar a la cama y
recostarla, al tocar su frente la notó ardiendo. Había colapsado.
El mundo de Lara se había vuelto negro, completamente negro.
---
El hombre se
posicionó en la ventana, seguro de que entre la penumbra ese tipo no
lo vería. Agarró el rifle francotirador que tenía a su izquierda y
lo apoyó magistralmente apuntando a la habitación de enfrente.
Había llegado sólo unos minutos antes con un maletín que al
recepcionista se le pasó por alto o simplemente no quiso
involucrarse,
era
un hotel de tercera, cosa que al hombre pese a la escasa limpieza le
servía para evitar preguntas indiscretas.
Agachó su rostro hasta el rifle y rozó un
tanto su mejilla al frío metal, sin llegar a apoyarse, entonces miró
por la mira.
Pudo ver al Seeker
secándose el pelo enérgicamente con una toalla mientras estaba de
espaldas a él y de cara al espejo. Lo estaba viendo por primera vez
con su capucha hacia atrás y la cabeza al descubierto, le dio una
tremenda curiosidad conocer su rostro. Sin embargo, la puerta del
cuarto de baño no dejaba ver su reflejo, siseó molesto pero debía
confirmar que la secuestrada estaba con él antes de meterle una bala
entre ceja y ceja como el Kraken se lo había ordenado y entonces sí
podría ver su verdadera cara. Al desplazar un poco su arma hacia la
cama encontró allí a Lara inconsciente. Observó bien la escena y
no notó nada extraño hasta que al volver en dirección al dichoso
justiciero lo vio: justo en frente de la ventana, ya cubierto con su
típico disfraz y mirando en su dirección, inmóvil. Era imposible,
la oscuridad lo protegía así que no podía haber sido descubierto.
Se quedó paralizado esperando alguna reacción, afortunadamente el
encapuchado comenzó a mover sus brazos, como si colocara algo en la
mesa y su cabeza estaba gacha, atendiendo a eso que ordenaba.
Algo llamó tanto
su atención como la del Seeker y aflojó su dedo del gatillo que
había apretado casi al punto de disparar. Lara había apartado al
encapuchado de la ventana, no tenía blanco alguno ahora.
-Pero ¿qué
cojones?- Maldijo frustrado.
---
Ahora era ella la
que retenía al famoso Seeker. Su antebrazo aprisionaba el pecho del
hombre que estaba entre ella y la pared. Quizás aturdido y un tanto
confundido por el repentino arrebato de Lara, se dejó hacer. Esta se
puso en dedo índice en los labios y siseó ligeramente, en señal de
que guardara silencio.
-Sé que había
alguien apuntándome Lara- Susurró él casi sorprendiéndola.
-Sí, al levantarme
he visto un pequeño destello y lo único que he pensado...- No
terminó, le parecía ridículo hacer de guardaespaldas para alguien
supuestamente más habilidoso que ella. Quiso cambiar de tema -¿Por
qué no te has apartado? Se supone que eres el gran Seeker, si lo has
visto venir...- Él la interrumpió.
-Eres buena
guardaespaldas, Lara pero a veces debes confiar en que los demás
tienen otros planes-
-¿Suicidarte es tu
plan?- Su entrecejo se frunció aún más al ver que no obtenía
resistencia ¿le gustaba aquello?
-No, todo lo
contrario. Pero dejemos este tema o el de ahí enfrente pensará que
los has traicionado ¿O echarás a perder lo que Bi Hyuk ha hecho por
ti?- Oh, verdad ¿cómo no lo había pensado? En realidad no lo había
hecho, sólo vio su vida en peligro y se lanzó sin sopesar las
consecuencias.
-¿Qué? ¿Qué
quieres que haga?- Preguntó deseosa de un plan B.
-Tienes una pistola
justo aquí- Rodeó su cintura en un gesto lento y a la vez delicado
hasta llevar la mano a su baja espalda, haciéndole notar el frío
objeto. Una pistola que minutos antes le había puesto, él mismo,
mientras yacía desmayada. -Úsala. Mátame frente a ese
francotirador. Demuéstrales que aún eres Águila- Ahora lo
comprendía todo. Sabía qué deseaba el Seeker y lo iba a hacer. Sí,
el camino a la absoluta verdad comenzaría al apretar el gatillo, al
disparar contra el encapuchado. -Mátame- Dicho esto la empujó con
fuerza hacia atrás.
Quedó expuesta al
francotirador que curioso seguía observando a lo lejos por la mira
de su arma. Al ver a la muchacha tuvo el impulso de matarla sin más.
El simple hecho de salvar a un enemigo era una traición. Pero
entonces vio como esta sacaba una pistola de la parte posterior de su
cinturón y apuntaba directamente al Seeker, el que ahora tenía sus
manos en alto y daba un paso al frente.
El Kraken lo habría
matado a él si hubiera obedecido a su instinto. Lara sólo quería
reclamar su premio, su rival. No era ninguna traidora, sólo la
testaruda de siempre. Sonrió. Su teléfono sonó en ese instante y
la voz del Kraken se escuchó tensa.
-Señor. Lara se
está haciendo cargo de él. Quizás nos hemos equivocado al juzgarla
y quererla desplazar por sus errores- Jae Hyuk le pidió a través de
la linea que hiciera una videollamada y el joven no tardó ni dos
segundos en obedecer.
La escena que
presenciaba el Kraken lo dejó maravillado. Lara seguía apuntando al
dichoso Seeker y en su cara había una pequeña sonrisa. Esa mueca
que sólo él conocía. Le miró a los ojos y pronunció mentalmente
un “Mátalo”.
-Así lo haré-
Habló ella tajantemente.
Lara apretó el
gatillo y el Seeker calló abatido frente a ella. En ese momento la
mirada de la muchacha fue a parar a la habitación de enfrente, al
móvil que portaba el francotirador. Una casualidad que fascinó a su
mentor y que lo enorgullecía, volvía a él su más preciado
soldado. Uno al que no le temblaba la mano para matar.
Los hijos del Kraken by Laura Ramírez Patarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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