Capítulo 1: Tapadera
Capítulo 2: Protegiendo a un idiota
-¡¿Qué?! ¿Vacaciones? Yo no necesito vacaciones Kraken- Y ahí estaba,
con ese hombre bien entrado en años, atractivo y muy seguro de si mismo
que le reprochaba sus acciones. Si no fuera por lo que representaba para
ella lo hubiera mandado a la mierda desde que entró en su departamento.
Ahora lo tenía en frente, hace bastante tiempo que no tenía
al que consideraba su padre delante de ella. Solo para regañarla como
si tuviera cinco años. Lo que decía no le parecía justo, se sentía
apartada sin una razón lógica.
-Sí, técnicamente será eso. Mientras que te recuperas y recapacitas. Nosotros deberíamos ser una simple leyenda urbana, ser algo que la gente no cree pero el otro día hasta en las noticias hablaban de esa mujer misteriosa que saltó increíblemente de un edificio a otro... Te has vuelto descuidada y solo por tu lesión te pones en riesgo a ti al igual que a todos nosotros. No lo tomes como un castigo, tómalo como un tiempo de reflexión. Reconoce que has hecho las cosas mal últimamente Lara...- Tenía algo de razón pero debía pelear ante su idea de enviarla a Seúl, su ciudad natal. Según él, la había encontrado vagando por aquellas calles hacía ya diez años. Ella no lo recordaba, su mente había bloqueado los recuerdos más crueles de su infancia aunque algunos estaba siempre muy vivos. Como la muerte de sus padres. Al parecer varias personas estuvieron involucradas su asesinato y aquel tipo, Kraken, decía tener información sobre eso. Le ofreció una nueva vida, llena de esfuerzo y lucha. La entrenó con la fijación de que una vez todo lo aprendido se aplicara contra los culpables. Con eso la dominaba, lo sabía pero la necesidad de venganza le hacía seguirlo como a un líder inquebrantable.
-¿Y si me niego?
-No te negarás, no si escuchas lo que te voy a decir- Se sentó en uno de los sillones que había en el salón, ella no lo imitó aun cuando él insistió en ello.
-Bien ¿Qué es?- Su desgana irritó al hombre, igualmente sonrió de lado y comenzó a hablar.
-Recuerdas que te dije que cuando estuvieras preparada te daría la oportunidad de investigar sobre tus padres ¿Verdad?- Lara asintió pero tuvo la necesidad de preguntar.
-¿Qué tiene que ver con esto? ¿Si acepto me darás la información que necesito? ¿Es un chantaje?
-No, lo que te estoy diciendo es que esas vacaciones son una tapadera, tú protegerás y seguirás a ese individuo mientras conoces todo de él, hasta el mínimo detalle ¿Por qué? Porque he llegado a la conclusión de que su familia tuvo algo que ver en el atentado contra tus padres- Los ojos de Lara se abrieron como platos, eso sí era algo que le interesaba. Entonces no es que la apartara, es que le estaba dando la oportunidad de su vida. Se sentó para digerir lo que estaba escuchando. Por fin podría comenzar la deseada venganza por sus padres. Prestó atención, Kraken tenía intención de continuar hablando. -Él debe saberlo y si no lo sabe mejor, así podrás sacar la información sin levantar ninguna sospecha. Tienes el permiso de usar cualquier método que creas conveniente. Confío en ti. Aunque estos meses hayas sido un desastre sé que eres la mejor entre las mejores, lo harás perfecto, lo sé- Sí, lo sabía. Lara era su ojito derecho, su capacidad de aprendizaje era sobrehumano y cualquier desafío lo superaba con creces. Necesitaba recompensarla por todo lo que había hecho por la organización. Tenerla en Corea alejada de otras misiones también le daba ventajas. Demasiado audaz como para no darse cuenta estando por los alrededores, sería mejor tenerla ocupada en algo importante para ella.
-Bien ¿Cuando voy?
---
En la sala de ensayos quedaban Yonghwa y Jonghyun, recogiendo sus guitarras. El primero miró la que estaba en un rincón, destrozada. Era la que usó en ese concierto días atrás, cuando ese desquiciado le disparó. El mástil estaba partido por la base y tuvo que agarrarla por el cuerpo con su otra mano. Amaba esa guitarra, tenía un significado muy especial para él. Verla totalmente destruida le dolía y mucho.
-Me temo que no tiene arreglo Yonghwa...- Sabía lo que esa guitarra representaba para su compañero. Poso su mano en el hombro de este mientras viendo que volvía a dejarla en su sitio con sumo cuidado.
-Lo sé. Anda, vámonos- Aspiró rápidamente, se notaba que evitaba llorar a toda costa. Agarraron todo lo necesario y se fueron de allí. -Mierda, se me han olvidado las cuerdas y todas las púas. Sigue tú, yo te alcanzo después- Jonghyun asintió en respuesta y levantando la mano a su amigo.
-Ah, recuerda que es a las ocho. No llegues tarde
-No, aunque conocer a un monstruo gigantesco me haría más gracia que tener que encontrarme con un estúpido guardaespaldas seboso y seguramente lerdo- Sonrió recibiendo la misma mueca de parte de Jonghyun. Corrió hacia el estudio buscando la caja donde estaban guardadas las cuerdas con las púas. Bingo, estaban encima del mezclador. Menudo despiste.
Cerró con llave al salir y corrió por el pasillo del piso bajo. Algo lo hizo mirar hacia atrás. Nada. Era una estúpida sensación ¿Se estaba volviendo paranoico por lo que le había sucedido? Negó con la cabeza avanzando hasta la entrada del edificio.
-¿Quién está ahí?- De nuevo se obligó a mirar atrás, eso ya no era una alucinación suya, lo estaban siguiendo. Abrió la puerta y se apresuró hasta llegar a la calle ¿Qué diablos? ¿Sería ese fanático de nuevo? Bien, se arrepentía de no haber aceptado el guardaespaldas desde un primer momento. -Mierda, sal de ahí seas quien seas- Se paró en seco girando sobre si mismo. Sus ojos observaban todos los rincones oscuros. Debía estar bien escondido, no dio con el individuo.
No adivinó que justo cuando volvió al frente alguien aprovechó su fijación por estar mirando atrás y se acercó sigilosamente a su espalda. Se exaltó pegando un brinco al verlo, su rostro estaba cubierto con un pasamontañas, carcajeó para terminar dándole un puñetazo en la cara a Yonghwa. Cayó de bruces después de dar una media vuelta sobre sus pies enredados. La fuerza ejercida por el extraño le rompió el labio, sangraba descontroladamente. Aturdido volvió su mirada pero no vio a ese tipo solo, ahora estaba otra persona justo en frente de él como protegiéndolo. Su trasero indicaba perfectamente que se trataba de una mujer, aparte de que se había quedado embobado admirándolo “¿En qué demonios estás pensando?” se regañó. Maldición ese hombre iba a dejarla k.o si se quedaba ahí parada.
Casi se le cae la mandíbula al suelo cuando comenzaron a luchar. Aquello no era normal, esa chica mantenía una postura defensiva que no dejaba asestarle ningún golpe certero. El otro continuaba intentando franquearla pero en un descuido ella agarró su brazo, se giró, lo alargó contra su pecho y con todo su cuerpo impulsó a aquel enorme individuo por encima de ella en un perfecto vuelo hacia el suelo. Su grito fue ahogado y el propio Yonghwa bufó, eso debía de haber dolido. Este como pudo se reincorporó, acercándose a ambos.
-No te acerques- Aquella mujer habló, ahora retorcía el brazo hecho mantequilla del hombre. Le clavaba a la vez su rodilla en la espalda ¿Quién era ella? Parecía sacada de un manga Japonés. Lo atraía enormemente. Vale, surrealista o no, aquello fue increíble. Por un segundo se había olvidado de la herida en su labio, la sangre seguía saliendo fresca. La fascinación por la escena lo aisló de todo dolor. -¿Para quien trabajas?- Comenzaba a hacerle un torniquete en el brazo, un poco más y se lo partía en dos. -Te partiré el brazo de una forma que jamás sanará, así que habla- Forzó aún más.
-¡Ah!- Fue lo único que obtuvo. Sin que ninguno se diera cuenta alguien se posiciono en un tejado de los alrededores apuntando a Yonghwa con un rifle francotirador. El láser que sí pudo avistar la muchacha, se colocaba en la sien del joven. Debía actuar rápido... En ese momento maquinó la solución, el bolso de Yonghwa estaba a sus pies. En un abrir y cerrar de ojos lo agarró por sus asas. Lo usó a modo de honda para derribarlo golpeando sus piernas, cayó de culo. El disparó fue al aire.
Aprovechando que el tirador debería recargar antes de poder disparar de nuevo, soltó a su presa y fue hacia Yonghwa. Este aun en shock pudo dejarse guiar por ella. Corrieron como locos hasta encontrar un lugar seguro para esconderse.
-¿Qué... Qué demonios acaba de pasar? Dudo que sea un simple fanático. Eso estoy seguro que ha sido un disparo- No paraba de hablar, la adrenalina lo zambullía a parte de que necesitaba aclarar todo el caos que había en su mente.
-Cállate por favor- Fue lo único que puedo oír de ella mientras recuperaban el aire. Al parecer estaban seguros al verla relajada. La observó bien, era bastante atractiva. Casi superaba su altura pero por milímetros quedaban cara a cara. Muy delgada para adivinar que luchaba tan bien, en un principio podría asegurar que ese tipo la machacaría como a él. Se quedó mirándola sin saber que ella lo estaba notando.
-Deja de mirarme si no quieres perder los dientes- Uf, aquello fue feroz. Le molestó como para replicar pero no le convenía meterse con ella. Comprobado quedaba que ella estaba a otro nivel.
-¿Quién eres?
-Oye ¿Sólo sabes hablar? Porque lo que es defenderte...- Hablando de defenderse, le prometió a Jonghyun que llegaría a la cita a tiempo. Daba lo mismo, conocer la existencia de esa mujer era más interesante. Quiso hacerse el fuerte frente a ella.
-Sí que sé, solo me pilló desprevenido
-Ok- Sin previo aviso lo golpeó en el estómago obligándolo a encorvarse. -Ya veo... ¿Siempre te pillan desprevenido? ¿Alguna excusa mejor?
-¡Ah! Eso ha sido un golpe bajo, además ¿Quién eres tú? ¿No sabes quién soy? Pegarme así te costará caro- Volvió a erguirse con su orgullo herido.
-Sí, pero eso me da lo mismo. Solo sé que tendré que proteger a un completo idiota. A partir de ahora soy tu guardaespaldas- Lo miró fijamente en tono desafiante. En realidad por muy guapo que fuera demostraba ser un auténtico tonto engreído por no decir fanfarrón remilgado.
-¿Tú? ¿Mi guardaespaldas?- Preguntó lamiéndose el labio, ya había cesado de sangrar pero la cicatriz persistiría durante unos días.
-Así es, me llamo Lara. Encantada- La última palabra la pronunció con total ironía y sonrió de lado.
-Bueno ya sabes mi nombre entonces. Tengo algunas condiciones antes de empezar con el contrato- Buscó su bolso, mierda lo habían dejado en aquella calle. -Debemos volver, todas mis cosas están en la calle donde ha pasado todo eso... Oh demonios mi guitarra también está ahí- Sin más comenzó a correr por donde habían venido pero Lara se lo impidió.
-Imposible volver ahora- Se interpuso delante suya cortándole el paso.
-Es mi guitarra, debo recuperarla
-No, mi única condición en ese dichoso contrato es no dejarte ponerte a ti mismo en peligro. Sabes de lo que soy capaz, me importa una mierda quien seas. Si quieres llevarte una paliza yo te la brindaré con gusto- Ambos se miraban con furia esperando que el otro cediera.
-¿No se supone que debes protegerme? Además ¿Cómo has dado conmigo antes de la cita? Es algo que me pregunto desde que me has dicho que eres mi supuesta guardaespaldas- Por un momento pensó que le había derribado pero no fue así. Ella era un muro.
-Tengo el permiso de protegerte a mi modo, lo de la cita me parecía una estupidez y sabiendo hasta la talla que calzas me ha sido fácil encontrarte. Odio que me hagan preguntas, más aún la gente que se aferra a un tema como a un clavo ardiendo- Cerró los ojos ante la perseverancia del joven. Hacia años que no la enfermaba el carácter de una persona. Yonghwa parecía tener el don de hacerlo tan naturalmente. Lo que no previó es que fuera tan mañoso, aprovechó que lo perdía de vista para colarse por su lado y correr como un niño pequeño hacia su destino. Aquellos hombres podrían estar por la zona aún. Persiguió de cerca a Yonghwa maldiciéndolo cada segundo. Estaba loco y no sabía el peligro real de la situación, lo odiaba pero no era la hora de verlo muerto. Solo ella tendría el derecho de matarlo con sus propias manos.
---
Cuando llegaron al local donde habían quedado ya no estaban ni Jonghyun ni los demás. Seguramente se habían cansado de esperar yéndose a casa. Se giró hacia la muchacha que seguía con una mueca de desagrado ¿Era así siempre? Decidió cambiar el tema, no habían empezado con buen pie. Era bueno en eso de llevarse bien con la gente. Imposible que alguien se resistiera a su encanto. Lara no iba a ser menos.
-Mmm me quería disculpar por lo de antes. Me salvaste la vida. Quiero agradecértelo- Su mirada denotaba ternura fingida. La muchacha había recorrido mucho mundo como para no darse cuenta de las intenciones de Yonghwa.
-Es mi trabajo, lo de agradecer está de más. Si quieres hablar conmigo no comiences de esa manera. Aunque igualmente no tengo ningún interés en entablar una conversación contigo- Los dientes del muchacho rechinaron. Diablos era dura como una piedra.
-¿Por qué eres tan amargada? ¿Te he hecho algo?
-No, soy de lo más simpática- Nótese el tono irónico, lo tenía demasiado asumido, le importaba muy poco la gente que no le interesaba y más si esa persona tenía algo que ver con la muerte de sus padres. -Y sí, eres molesto- Oh no, algo iba mal. Dos segundos para reaccionar le bastaron a la joven. Si no se hubiera abalanzado hacia Yonghwa con todo su ímpetu aquel bate les habría abollado la cabeza como una sandia cuando revienta contra algo.
-Ya veo... Tan molesto que...- Por fin se dio cuenta que un tipo los amenazaba con un bate. Estaban en el suelo ella encima de él y este al ver que ese hombre volvía a intentar darles con el bate los hizo girar varias vueltas sobre el suelo. La joven entendió lo que Yonghwa evitaba con eso. Había estado atento, por un momento se lo agradeció. ¿Agradecerle? El tipo iba de nuevo hacia ellos con un arranque de ira ¿Qué podrían utilizar para pararlo?
-Sí, técnicamente será eso. Mientras que te recuperas y recapacitas. Nosotros deberíamos ser una simple leyenda urbana, ser algo que la gente no cree pero el otro día hasta en las noticias hablaban de esa mujer misteriosa que saltó increíblemente de un edificio a otro... Te has vuelto descuidada y solo por tu lesión te pones en riesgo a ti al igual que a todos nosotros. No lo tomes como un castigo, tómalo como un tiempo de reflexión. Reconoce que has hecho las cosas mal últimamente Lara...- Tenía algo de razón pero debía pelear ante su idea de enviarla a Seúl, su ciudad natal. Según él, la había encontrado vagando por aquellas calles hacía ya diez años. Ella no lo recordaba, su mente había bloqueado los recuerdos más crueles de su infancia aunque algunos estaba siempre muy vivos. Como la muerte de sus padres. Al parecer varias personas estuvieron involucradas su asesinato y aquel tipo, Kraken, decía tener información sobre eso. Le ofreció una nueva vida, llena de esfuerzo y lucha. La entrenó con la fijación de que una vez todo lo aprendido se aplicara contra los culpables. Con eso la dominaba, lo sabía pero la necesidad de venganza le hacía seguirlo como a un líder inquebrantable.
-¿Y si me niego?
-No te negarás, no si escuchas lo que te voy a decir- Se sentó en uno de los sillones que había en el salón, ella no lo imitó aun cuando él insistió en ello.
-Bien ¿Qué es?- Su desgana irritó al hombre, igualmente sonrió de lado y comenzó a hablar.
-Recuerdas que te dije que cuando estuvieras preparada te daría la oportunidad de investigar sobre tus padres ¿Verdad?- Lara asintió pero tuvo la necesidad de preguntar.
-¿Qué tiene que ver con esto? ¿Si acepto me darás la información que necesito? ¿Es un chantaje?
-No, lo que te estoy diciendo es que esas vacaciones son una tapadera, tú protegerás y seguirás a ese individuo mientras conoces todo de él, hasta el mínimo detalle ¿Por qué? Porque he llegado a la conclusión de que su familia tuvo algo que ver en el atentado contra tus padres- Los ojos de Lara se abrieron como platos, eso sí era algo que le interesaba. Entonces no es que la apartara, es que le estaba dando la oportunidad de su vida. Se sentó para digerir lo que estaba escuchando. Por fin podría comenzar la deseada venganza por sus padres. Prestó atención, Kraken tenía intención de continuar hablando. -Él debe saberlo y si no lo sabe mejor, así podrás sacar la información sin levantar ninguna sospecha. Tienes el permiso de usar cualquier método que creas conveniente. Confío en ti. Aunque estos meses hayas sido un desastre sé que eres la mejor entre las mejores, lo harás perfecto, lo sé- Sí, lo sabía. Lara era su ojito derecho, su capacidad de aprendizaje era sobrehumano y cualquier desafío lo superaba con creces. Necesitaba recompensarla por todo lo que había hecho por la organización. Tenerla en Corea alejada de otras misiones también le daba ventajas. Demasiado audaz como para no darse cuenta estando por los alrededores, sería mejor tenerla ocupada en algo importante para ella.
-Bien ¿Cuando voy?
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En la sala de ensayos quedaban Yonghwa y Jonghyun, recogiendo sus guitarras. El primero miró la que estaba en un rincón, destrozada. Era la que usó en ese concierto días atrás, cuando ese desquiciado le disparó. El mástil estaba partido por la base y tuvo que agarrarla por el cuerpo con su otra mano. Amaba esa guitarra, tenía un significado muy especial para él. Verla totalmente destruida le dolía y mucho.
-Me temo que no tiene arreglo Yonghwa...- Sabía lo que esa guitarra representaba para su compañero. Poso su mano en el hombro de este mientras viendo que volvía a dejarla en su sitio con sumo cuidado.
-Lo sé. Anda, vámonos- Aspiró rápidamente, se notaba que evitaba llorar a toda costa. Agarraron todo lo necesario y se fueron de allí. -Mierda, se me han olvidado las cuerdas y todas las púas. Sigue tú, yo te alcanzo después- Jonghyun asintió en respuesta y levantando la mano a su amigo.
-Ah, recuerda que es a las ocho. No llegues tarde
-No, aunque conocer a un monstruo gigantesco me haría más gracia que tener que encontrarme con un estúpido guardaespaldas seboso y seguramente lerdo- Sonrió recibiendo la misma mueca de parte de Jonghyun. Corrió hacia el estudio buscando la caja donde estaban guardadas las cuerdas con las púas. Bingo, estaban encima del mezclador. Menudo despiste.
Cerró con llave al salir y corrió por el pasillo del piso bajo. Algo lo hizo mirar hacia atrás. Nada. Era una estúpida sensación ¿Se estaba volviendo paranoico por lo que le había sucedido? Negó con la cabeza avanzando hasta la entrada del edificio.
-¿Quién está ahí?- De nuevo se obligó a mirar atrás, eso ya no era una alucinación suya, lo estaban siguiendo. Abrió la puerta y se apresuró hasta llegar a la calle ¿Qué diablos? ¿Sería ese fanático de nuevo? Bien, se arrepentía de no haber aceptado el guardaespaldas desde un primer momento. -Mierda, sal de ahí seas quien seas- Se paró en seco girando sobre si mismo. Sus ojos observaban todos los rincones oscuros. Debía estar bien escondido, no dio con el individuo.
No adivinó que justo cuando volvió al frente alguien aprovechó su fijación por estar mirando atrás y se acercó sigilosamente a su espalda. Se exaltó pegando un brinco al verlo, su rostro estaba cubierto con un pasamontañas, carcajeó para terminar dándole un puñetazo en la cara a Yonghwa. Cayó de bruces después de dar una media vuelta sobre sus pies enredados. La fuerza ejercida por el extraño le rompió el labio, sangraba descontroladamente. Aturdido volvió su mirada pero no vio a ese tipo solo, ahora estaba otra persona justo en frente de él como protegiéndolo. Su trasero indicaba perfectamente que se trataba de una mujer, aparte de que se había quedado embobado admirándolo “¿En qué demonios estás pensando?” se regañó. Maldición ese hombre iba a dejarla k.o si se quedaba ahí parada.
Casi se le cae la mandíbula al suelo cuando comenzaron a luchar. Aquello no era normal, esa chica mantenía una postura defensiva que no dejaba asestarle ningún golpe certero. El otro continuaba intentando franquearla pero en un descuido ella agarró su brazo, se giró, lo alargó contra su pecho y con todo su cuerpo impulsó a aquel enorme individuo por encima de ella en un perfecto vuelo hacia el suelo. Su grito fue ahogado y el propio Yonghwa bufó, eso debía de haber dolido. Este como pudo se reincorporó, acercándose a ambos.
-No te acerques- Aquella mujer habló, ahora retorcía el brazo hecho mantequilla del hombre. Le clavaba a la vez su rodilla en la espalda ¿Quién era ella? Parecía sacada de un manga Japonés. Lo atraía enormemente. Vale, surrealista o no, aquello fue increíble. Por un segundo se había olvidado de la herida en su labio, la sangre seguía saliendo fresca. La fascinación por la escena lo aisló de todo dolor. -¿Para quien trabajas?- Comenzaba a hacerle un torniquete en el brazo, un poco más y se lo partía en dos. -Te partiré el brazo de una forma que jamás sanará, así que habla- Forzó aún más.
-¡Ah!- Fue lo único que obtuvo. Sin que ninguno se diera cuenta alguien se posiciono en un tejado de los alrededores apuntando a Yonghwa con un rifle francotirador. El láser que sí pudo avistar la muchacha, se colocaba en la sien del joven. Debía actuar rápido... En ese momento maquinó la solución, el bolso de Yonghwa estaba a sus pies. En un abrir y cerrar de ojos lo agarró por sus asas. Lo usó a modo de honda para derribarlo golpeando sus piernas, cayó de culo. El disparó fue al aire.
Aprovechando que el tirador debería recargar antes de poder disparar de nuevo, soltó a su presa y fue hacia Yonghwa. Este aun en shock pudo dejarse guiar por ella. Corrieron como locos hasta encontrar un lugar seguro para esconderse.
-¿Qué... Qué demonios acaba de pasar? Dudo que sea un simple fanático. Eso estoy seguro que ha sido un disparo- No paraba de hablar, la adrenalina lo zambullía a parte de que necesitaba aclarar todo el caos que había en su mente.
-Cállate por favor- Fue lo único que puedo oír de ella mientras recuperaban el aire. Al parecer estaban seguros al verla relajada. La observó bien, era bastante atractiva. Casi superaba su altura pero por milímetros quedaban cara a cara. Muy delgada para adivinar que luchaba tan bien, en un principio podría asegurar que ese tipo la machacaría como a él. Se quedó mirándola sin saber que ella lo estaba notando.
-Deja de mirarme si no quieres perder los dientes- Uf, aquello fue feroz. Le molestó como para replicar pero no le convenía meterse con ella. Comprobado quedaba que ella estaba a otro nivel.
-¿Quién eres?
-Oye ¿Sólo sabes hablar? Porque lo que es defenderte...- Hablando de defenderse, le prometió a Jonghyun que llegaría a la cita a tiempo. Daba lo mismo, conocer la existencia de esa mujer era más interesante. Quiso hacerse el fuerte frente a ella.
-Sí que sé, solo me pilló desprevenido
-Ok- Sin previo aviso lo golpeó en el estómago obligándolo a encorvarse. -Ya veo... ¿Siempre te pillan desprevenido? ¿Alguna excusa mejor?
-¡Ah! Eso ha sido un golpe bajo, además ¿Quién eres tú? ¿No sabes quién soy? Pegarme así te costará caro- Volvió a erguirse con su orgullo herido.
-Sí, pero eso me da lo mismo. Solo sé que tendré que proteger a un completo idiota. A partir de ahora soy tu guardaespaldas- Lo miró fijamente en tono desafiante. En realidad por muy guapo que fuera demostraba ser un auténtico tonto engreído por no decir fanfarrón remilgado.
-¿Tú? ¿Mi guardaespaldas?- Preguntó lamiéndose el labio, ya había cesado de sangrar pero la cicatriz persistiría durante unos días.
-Así es, me llamo Lara. Encantada- La última palabra la pronunció con total ironía y sonrió de lado.
-Bueno ya sabes mi nombre entonces. Tengo algunas condiciones antes de empezar con el contrato- Buscó su bolso, mierda lo habían dejado en aquella calle. -Debemos volver, todas mis cosas están en la calle donde ha pasado todo eso... Oh demonios mi guitarra también está ahí- Sin más comenzó a correr por donde habían venido pero Lara se lo impidió.
-Imposible volver ahora- Se interpuso delante suya cortándole el paso.
-Es mi guitarra, debo recuperarla
-No, mi única condición en ese dichoso contrato es no dejarte ponerte a ti mismo en peligro. Sabes de lo que soy capaz, me importa una mierda quien seas. Si quieres llevarte una paliza yo te la brindaré con gusto- Ambos se miraban con furia esperando que el otro cediera.
-¿No se supone que debes protegerme? Además ¿Cómo has dado conmigo antes de la cita? Es algo que me pregunto desde que me has dicho que eres mi supuesta guardaespaldas- Por un momento pensó que le había derribado pero no fue así. Ella era un muro.
-Tengo el permiso de protegerte a mi modo, lo de la cita me parecía una estupidez y sabiendo hasta la talla que calzas me ha sido fácil encontrarte. Odio que me hagan preguntas, más aún la gente que se aferra a un tema como a un clavo ardiendo- Cerró los ojos ante la perseverancia del joven. Hacia años que no la enfermaba el carácter de una persona. Yonghwa parecía tener el don de hacerlo tan naturalmente. Lo que no previó es que fuera tan mañoso, aprovechó que lo perdía de vista para colarse por su lado y correr como un niño pequeño hacia su destino. Aquellos hombres podrían estar por la zona aún. Persiguió de cerca a Yonghwa maldiciéndolo cada segundo. Estaba loco y no sabía el peligro real de la situación, lo odiaba pero no era la hora de verlo muerto. Solo ella tendría el derecho de matarlo con sus propias manos.
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Cuando llegaron al local donde habían quedado ya no estaban ni Jonghyun ni los demás. Seguramente se habían cansado de esperar yéndose a casa. Se giró hacia la muchacha que seguía con una mueca de desagrado ¿Era así siempre? Decidió cambiar el tema, no habían empezado con buen pie. Era bueno en eso de llevarse bien con la gente. Imposible que alguien se resistiera a su encanto. Lara no iba a ser menos.
-Mmm me quería disculpar por lo de antes. Me salvaste la vida. Quiero agradecértelo- Su mirada denotaba ternura fingida. La muchacha había recorrido mucho mundo como para no darse cuenta de las intenciones de Yonghwa.
-Es mi trabajo, lo de agradecer está de más. Si quieres hablar conmigo no comiences de esa manera. Aunque igualmente no tengo ningún interés en entablar una conversación contigo- Los dientes del muchacho rechinaron. Diablos era dura como una piedra.
-¿Por qué eres tan amargada? ¿Te he hecho algo?
-No, soy de lo más simpática- Nótese el tono irónico, lo tenía demasiado asumido, le importaba muy poco la gente que no le interesaba y más si esa persona tenía algo que ver con la muerte de sus padres. -Y sí, eres molesto- Oh no, algo iba mal. Dos segundos para reaccionar le bastaron a la joven. Si no se hubiera abalanzado hacia Yonghwa con todo su ímpetu aquel bate les habría abollado la cabeza como una sandia cuando revienta contra algo.
-Ya veo... Tan molesto que...- Por fin se dio cuenta que un tipo los amenazaba con un bate. Estaban en el suelo ella encima de él y este al ver que ese hombre volvía a intentar darles con el bate los hizo girar varias vueltas sobre el suelo. La joven entendió lo que Yonghwa evitaba con eso. Había estado atento, por un momento se lo agradeció. ¿Agradecerle? El tipo iba de nuevo hacia ellos con un arranque de ira ¿Qué podrían utilizar para pararlo?
Capítulo 3: Comienzo de algo inexistente

Los hijos del Kraken by Laura Ramírez Patarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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