Capítulo 19: Perversidad
Capítulo 20: El pasado siempre vuelve
Desde que salió había sentido que alguien la seguía. Su ceguera no le impedía notar cuando una presencia ajena invadía su terreno. Ya fuera a un metro como a cinco, su oído captaba el más mínimo ruido a su alrededor, y en ese momento estaba pasando ¿Quién era? ¿Qué quería de ella? Sus pensamientos volaron incontrolablemente a aquel día cuando Taemin fue atacado, la voz de Jonghyun preguntándole si tenían algún enemigo... Dios, cómo no lo había intuido ¿Podría ser su peor temor? Ya habían pasado nada más ni nada menos que diez años ¿Estaría ese tipo tan loco como para volverla a buscar? Lo apuñaló, seguramente esa cicatriz le afearía la espalda de por vida, motivo más que suficiente para vengarse de ella. Todo su cuerpo tembló, fue mala idea regresar a Seúl, lo sabía ¿Por qué tuvo que hacerle caso a esa psicóloga? Notó el aire de la calle y rezó porque Young Mi estuviera cerca. No quería estar sola en esos momentos, no le gustaba exponerse, ser tan vulnerable. Maldita ceguera, maldito hombre que la ultrajó, maldita su vida y todo lo que ahora comenzaba a amar. Si ese tipo conseguía su propósito todo dolería más, todo habría sido en vano.
Jonghyun la abandonaría, estaba segura. Una mujer doblemente despojada de su inocencia no valdría la pena, y menos ahora que los miedos fluían por su mente haciéndola tan débil, tan asquerosamente desgraciada. ¿Por qué? ¿Por qué se tuvo que abrir a ese joven? Sí ese maldito le hacía daño, Jong sufriría por su culpa... Mejor no haberlo conocido, así si ahora era raptada o alguna otra cosa por el estilo, sólo se dejaría matar aliviando su dolor propio. Maldición, ¿qué le estaba pasando? Era casi imposible que ese hombre la reconociera, ella había crecido, había cambiado y jamás podría reconocerla, sin embargo a él sí, si pudiera ver de nuevo reconocería esa repugnante cara en cualquier parte del mundo. Ese rostro que le quitó la inocencia, ese horrible monstruo que le dejó sin su preciado sentido de la vista... Pero él no podría, su identidad era distinta, todo era distinto en ella. Estaba siendo presa de los fantasmas pasados y necesitaba recuperar la calma antes de sucumbir a un ataque de ansiedad en plena entrada de “Industrias Kim”. Un escándalo que evitaría a toda costa...
Escuchó aliviada el característico motor del Chevrolet impala de su amiga y sonrió para si. Su cabeza había ido demasiado lejos esta vez, haciendo daño cuando no había razón alguna.
Un frenazo y el inesperado abrazo protector que la apartó, seguramente de ese encontronazo con el vehículo autor del percance anterior. Su olor, su calor, la forma en que sus brazos la acunaban ¿Jonghyun? Sus pensamientos volvían a hacerla pensar en cosas sin sentido ¿Qué hacía ahí? ¿Qué había pasado para que la girara tan fuertemente? Sabía que la había protegido pero su cabeza estaba cuestionando si en verdad era él. Sería algo bastante extraño que así fuera. Entonces la soltó y sin decir una palabra se alejó de ella. No podía ser Jong, por mucho que lo deseaba no pintaba nada en ese sitio ¿O sí?
-¡Alice! ¡¿Estás bien?! Si no hubiera sido por ese hombre...- La voz de Young Mi acercándose a ella la obligó a dejar de indagar entre sus pensamientos.
-¿Quien era?-Preguntó con tono neutro.
-No he llegado a verlo pero casi atropellan a un tipo que ha salido corriendo y la siguiente habrías sido tú, gracias a ese chico no te ha pasado nada ¿Por qué se ha ido? Quería agradecerle que haya salvado a mi mejor amiga ¡Que susto, Alice!- La abrazaba y la examinaba. La había salvado pero quería asegurarse si el simple hecho de hacerlo la había dañado el fuerte agarre de aquel desconocido.
-Estoy bien Claire...- Físicamente, no psíquicamente... La dura batalla por no recaer la estaba destrozando por dentro, no había sentido tanto miedo desde aquel miserable día. Saber que en cualquier momento esos malditos temores la acongojaban como tiempo atrás, la hacía dudar si su avance servía para algo o rescindiría para tener que empezar de cero. No, eso no podía permitirlo, ¿años de lucha y sufrimiento en vano? ¡Jamás! Archivó aquellos absurdos planteamientos y se centró en el presente. Una visita a sus padres le vendría bien, siempre era bueno charlar con ellos. -¿Vamos a Park Shin?
-¿La empresa de tus padres? ¿Para qué?- Claire lucía una mueca fruncida. Desde que llegaron a Corea no había ido ni una sola vez a las empresas “Park Shin” curiosamente el nombre se lo debían a los apellidos del padre de Alice: Park, y el de la madre: Shin. Realmente eran poderosos, en un tiempo lo habían perdido todo, justamente por la agresión que había sufrido la sucesora del imperio Park. Tanto su familia paterna como la materna poseían una gran riqueza debido a años de esfuerzo y dedicación, Alice como todos ellos tenía el don de las finanzas, sin embargo su principios la hacían querer subir desde lo más bajo, incluso teniendo esa discapacidad. Por parte de sus padres, carecía de sentido y la intentaban convencer de que todo aquello le pertenecía por derecho algo que a ella no le importaba obtener si no era por su incansable lucha y trabajo para merecerlo. Justo en eso estaba, demostrando a sus progenitores que su mentalidad hacía ese asunto era la correcta, sin contar por el maldito trauma que la atosigaba cuando menos lo necesitaba...
-Tengamos una tarde tranquila ¿Sí?- Pidió sin entusiasmo Alice.
-No preguntaré que te tiene así porque quizás me mandes a la mierda así que acepto con una condición- Le advirtió sutilmente su amiga.
-¿Cuál?-
-Qué me aguantes después... Ese Taemin me agota y necesito desahogarme ¿Me escucharás?- Young Mi vio una mueca divertida antes de escuchar una carcajada por parte de Alice.
-Jajaja por supuesto amiga, no lo dudes. Quizás en un futuro me cuentes los hijos que quieres tener con él- Bromeó sin ningún tapujo.
-¡Ya! ¡Maldita!- Terminaron riendo las dos mientras llegaban al coche de Young Mi. Jong aún las observaban desde lejos, sonriendo al ver que Sung Hye estaba a salvo...
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Ya había llegado donde Hyo Jo le había indicado, ese edificio no le envidiaba nada al de las “Industrias Kim” al parecer esos documentos eran ciertos. Esa empresa era competencia directa de la suya, sólo quedaba ver quien era el malo de la película ¿No estaba claro ya? Dudaba que los dueños de esa prestigiosa mega empresa estuvieran implicados, seguramente serían engañados por su progenitor. Igualmente debía comprobarlo, comprobar el daño que había causado su padre y el que seguía causando obviamente. Una de las muchas empresas hundidas por él, sin embargo esta volvía a recuperar el prestigio que le fue robado ¿Estarían relacionados todos esos movimientos financieros que había descubierto? ¿Tenía algo que ver que insistiera tanto en que volviera a la empresa? ¿Para desbancarlos? Si era así tenía que avisarlos, decirles que su propio padre se servía de medios poco ortodoxos a la hora de negociar y que no cedieran ante sus adulaciones. ¿Creerían a su propio hijo? Estaba dispuesto a arriesgarse, ya no permitiría que ese monstruo destruyera más vidas, no si él podía impedirlo.
-Gracias señorita- De nuevo usaba su personalidad brillante frente a las mujeres para conseguir audiencia con el director. Tras una sonrisa encantadora la secretaría se había derretido, había sucumbido a sus encantos. Pero que el multimillonario aceptara verle era algo muy distinto, esperaba que no influyera el ser hijo de su peor enemigo...
Diez minutos más tarde la chica volvió cabizbaja.
-Me temo que está ocupado señor...- Se le notaba afectada ¿Le había gritado o algo por el estilo? Entonces ¿Ese hombre se parecía a su padre? ¿Sería que estaban de acuerdo en ese proyecto dudosamente legal?
Horas antes el magnifico trabajo de Hyo Jo se había visto recompensado, las cuentas de su padre revelaban una importante colaboración con esa empresa, ahora bien, los recursos no eran legales y la oportunidad de inculparlo se hacía más cercana, pero aún no había sido acordado y firmado por ambas partes, por lo tanto debían averiguar si se trataba de una jugada de su padre para echar tierra a esa empresa o si ambos lados harían aquel movimiento corrupto. Según su intuición, Jonghyun podría asegurar que su padre jugaba con ellos, años de rivalidad hacían mella en el orgullo de su padre, estaba claro que no cedería ante un enemigo para volverse su aliado. La venganza era otra posibilidad, seguramente algo en el pasado los había enemistado tanto que el señor Kim trazó una cruz permanente a ese hombre en su lista.
-Mejor venga en otro momento, no creo que este sea el más apropiado- La joven se disculpó con una inclinación rigurosa y Jong la aceptó pero su mente curiosa no lo dejaría irse así sin más...
Disimuló hasta cruzar la esquina de aquel recibidor. Entonces, cuidando que nadie lo mirara se dispuso a colarse por el pasillo, ese que conducía hasta un despacho central, donde ponía en una placa “director general”. Sonrió cuando se encontraba frente a la puerta decidido a girar el pomo de la puerta, algo lo distrajo:
-¿Pero que hacemos Hyun Shik?- Una voz femenina se escuchaba dentro de aquella estancia. Jonghyun prestó atención Hyun Shik era el nombre coreano de Hank Park, el director. No se había equivocado de lugar, estaba frente a su oficina ¿Podría lograr captar algo relacionado con ese negocio?
-Lo tiene, lo tiene él y lo pasea con todo el descaro del mundo Iseul ¿Qué quieres que hagamos? ¡Nada, no podemos hacer nada!- Una gran incógnita se formaba en la mente del joven ¿De que estaban hablando?
-Pero Hank... ¿Y si le hace algo? ¡Es una criatura inocente, puede hacerle daño!- De pronto le vino una imagen a la cabeza ¿Podría ser que...
-No, no puede. Si lo lleva de la mano a todas partes no creo que se atreva a tocarle, por su bien, no le conviene-
-¡Pero es un niño!- Oh, dios. Una hipótesis comenzaba a generarse en su interior. Podría, podría ser que usara a ese crío para extorsionarlos pero entonces ¿Quién era ese niño? ¿Por qué no sabía de su existencia hasta ahora? ¿Qué tenían que ocultar para que su padre los utilizara de esa forma?
-Tranquilízate, buscaremos una solución. Hemos sufrido mucho para volver a donde estábamos y no nos rendiremos tan fácilmente- Escuchó sollozos y se sintió terriblemente mal, ser hijo de un bastardo así era la desgracia que lo marcaba de por vida. Hijo de...
-Pero ella, ella puede salir perjudicada también ¿No lo entiendes?- ¿Y ahora? ¿A quién se referían?
-Por ella debemos luchar Iseul, por la que llevamos luchando toda la vida...
Todas las intenciones de entrar se esfumaron, encima del dolor que tendrían no quería darle más por lo que lamentarse ¿Podría ayudarlos por si solo? Sería una locura pero la promesa de hacer caer a su padre bajo cualquier circunstancia la cumpliría sin ningún miramiento. Aunque le costara la vida.
-Señor no puede estar ahí- Le avisó la secretaría, cuando se dio cuenta de quien era fue hacia él. Jonghyun rápidamente la evitó yéndose por la otra entrada. -¡Señor ¿Qué pretendía?! ¡Señor!
Corrió hasta haberla despistado, en el hall de la planta baja suspiró. De en ese momento en adelante tendría mucho trabajo que hacer, mucha tela que cortar. Definitivamente, estaba dispuesto a terminar la tiranía de su padre de una vez por todas.
-Te arrepentirás de todo lo que has hecho y de lo que pretendes hacer maldito desgraciado, tu propia sangre te hundirá como te mereces...- Susurró llevado por la ira. Mil veces se lo había preguntado pero ya no, ya no se cuestionaría el porqué era hijo de ese demonio. Ahora lo más importante era hacerle pagar con creces todo su maldad esparcida a su alrededor. Sacó su móvil de su bolsillo del pantalón y marcó el número de su fiel amigo, Hyo Jo.
De nuevo la escena que se presentaba ante sus ojos hacía de su corazón un amasijo de punzantes nervios. ¿Qué hacía ahí? ¿Qué hacía la mujer que más amaba en esa empresa? Sin dejarse llevar por impresiones precipitadas que en un momento como ese lo harían enloquecer. Alice y Claire se acercaban a recepción...
-¡Hola señorita, Park! Le digo a su padre que está aquí?
-Sí, por favor- Respondió la morena. ¡No, no no! Imposible, aquello no estaba pasando. Todo comenzaba a encajar, todo macabramente ejecutado en su cabeza concordaba. ¡No! Dejo apoyar su cuerpo en la pared donde estaba asomado, las rodillas le franqueaban, las lágrimas comenzaban a bañar su rostro. Y su pecho... Su pecho hecho añicos. ¿Era real lo que estaba pasando? ¿No estaba soñando? ¿Alice era la pieza principal de esa irracional venganza de su maldito padre? Y lo que más lo desconcertaba, lo que más lo lastimaba ¿Ella le había mentido? ¿Ese niño... Ese niño era suyo? ¿Había sido capaz de abandonarlo y encima vivir negándolo? No... Eso tenía que ser otra treta de su padre. No, eso no podía ser verdad... No pudo evitar llorar ya sentado en el suelo, el móvil se estampó contra este una vez que ni las manos le respondían... Su vida era desgarrada de nuevo, desgarrada desde lo más profundo de su ser. ¡Maldición!
-Jonghyun ¿Jonghyun? ¿Estás ahí? ¿Jonghyun?- Se oía a través de auricular mientras el susodicho se debatía en una lucha interna por no sucumbir al odio a todo y a todos. Pero dolía, dolía y mucho. SU alma estaba siendo apuñalada como otras tantas veces ¿Hasta cuando tenía que soportar? ¿No era más fácil rendirse y dejarse morir? Así sería el niño de papá, el niño que su padre una vez quiso...
Capítulo 21: Lucha interior

No puedo verte by Laura Ramírez Patarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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