Capítulo 10: ¿Por qué?
Capítulo 11: Desde dentro
-¿Detective privado?- Preguntó Yonghwa mientras se sacudía el pelo aún mojado. Lara no pudo evitar mirarlo, los sentimientos encontrados y la imagen que tenía enfrente comenzaban a confundirla sobremanera. Tragó saliva apartando la mirada a un sitio más... Seguro. Aquel joven sacó una pequeña libreta de uno de sus bolsillos, al parecer necesitaba comprobar algo. Una idea descabellada, o al vez no tanto, se cruzó por la mente de Lara ¿Sería algún enviado del Kraken? Aquella pregunta fue aplacada con una contundente aclaración.
-Jonghyun solicitó un detective privado y aquí estoy ¿Usted es Lee Jonghyun?- Señaló a Yonghwa sin que este se diera por aludido. La muchacha notó como se quejaba en silencio por el dolor del brazo. Estúpido, más que estúpido. Forzó a su mente para que no se sintiera culpable pero fue inútil, la culpa la reconcomía. ¿Por qué? Él mismo se lo buscó ¿No?
-No, soy yo- El susodicho apareció por la puerta y se puso al lado del supuesto detective. Paseó la mirada por la estancia antes de terminar en el joven. No quiso averiguar para donde enfocaban los ojos de Lara.
La mujer rápidamente le prestó atención preguntándose si ganarían algo teniendo un estorbo más entre ellos. Él fue por mucho tiempo el Camaleón, podría manejar información mejor que cualquier investigador. Sabía que había algo detrás de eso, ni al caso. Ella, por su parte, haría una exhaustiva búsqueda de la verdad sobre la muerte de sus padres. Ahora más que nunca debía saber a ciencia cierta la verdad ante cualquier truco que le obstaculizara. Nadie, absolutamente nadie impediría conocer lo que en verdad le sucedió a sus progenitores. Para tomar total libertad tenía que fingir no saber absolutamente nada del sobre de Yonghwa. Yonghwa... Desvió su mirada al que ocupaba su mente ahora, su mano izquierda apretaba levemente su codo. ¿Afectaría eso a su rendimiento con la guitarra? El importante para tocarla era el izquierdo pero ¿Podría deslizar su mano por las cuerdas naturalmente después de ese incidente? De nuevo el pesar en su pecho, no quería debilidad y sin embargo ahí estaba, preocupándose por el futuro de Yonghwa... Estúpida.
-Encantado- Dijo el joven, Jonghyun estrechó la mano que le era ofrecida.
-Igualmente. Ahora me gustaría presentarle a Yonghwa- Dae Hyun miró al muchacho y alzó su mano hacia él. Dejó de frotarse el cabestrillo y imitó a Jonghyun segundos antes. -Y esta es Lara- Esta hizo exactamente lo mismo, aunque su mueca era basta y sin ninguna simpatía, su mente no estaba allí precisamente. -Como ya le dije debemos averiguar el culpable que está detrás de todo esto-
-Para eso estoy aquí. Soy el mejor en esto, no se preocupen, pronto daremos con sus atacantes-
-¿Atacantes? ¿No era un sólo fanático?
-Oh, no señorita, el modus operandi no es el mismo. Es más de una persona. Sospecho que se trata de dos bandas, y diría que enfrentadas entre si- ¿Podía ser? ¿Podría estar Kraken en Seúl por algo así? Claro, ahora lo entendía, ella y BoA eran simples señuelos para terminar de instalarse. Típico de él. En ese instante le vinieron los documentos ocultos en la mesilla de Yonghwa ¿En verdad lo había hecho? Conocía todo de él pero aún no podía asimilar que fuera utilizada de esa manera para vengar injustamente a sus padres ¡Había jugado con lo más preciado que tenía! ¡Sus recuerdos, sus anhelos! ¡Todo! Maldita sea, había construido toda su vida a base de mentiras, fabricó una verdad que sólo le convenía a él ¿Para qué? ¿Para hacer de ella un soldado manejable, un peón sin ninguna razón para rebelarse? ¿Era eso? ¿Eso intentaba? Cerró sus ojos atontada por tanta información acumulada. Demasiado duro, demasiado fuerte y lo más doloroso de todo es que lo creía capaz de hacerlo. En el fondo lo sabía. El que había considerado su padre, ahora era lo más corrupto. Sentía como si un puñal de doble filo se retorciera en su pecho después de haber sido clavado fuertemente en él.
---
Cinco metros. Esa distancia separaba aquel edificio del que se encontraba. Recordó su caída ¿Lo podía conseguir de nuevo? No más dudas, ella era el Águila. Estaba en su sangre, aunque el odio, recién adquirido, hacia su mentor la hiciera repudiar todo su aprendizaje por haberlo aprendido de él. No obstante sabía que sus habilidades sólo las había perfeccionado con ese patán y que su cuerpo las poseía desde siempre. Volvió a calcular la distancia que segundos después abarcaría de un salto. Era realmente buena en ello, a veces Larry le había asegurado que, de no ser un miembro de “Los hijos del Kraken”, podría haber sido un arquitecto prestigioso. Larry... Lo extrañaba y definitivamente, acabaría enfrentándose a el también. La razón por la que se fue Jonghyun comenzaba a darle demasiada curiosidad ¿Sería por descubrir algo así? Tenía tiempo de preguntárselo pero antes estaba conseguir lo que quería sin acabar muerta en el intento.
Tomó aire fuertemente mirando hacía la calle, estaba en un noveno. No le haría mucha gracia al barrendero encontrarse, al día siguiente, con el amasijo de huesos en el que quedaría su cuerpo si caía. Cerró los ojos destruyendo esa horrible imagen preguntándose desde cuando tenía esas inseguridad antes de un salto, aquello siempre había sido pan comido para ella ¿Tanto le afectaba la situación? La verdad quizás la calmara y para ello debía aventarse por aquella cornisa.
-Vamos Águila ¿Desde cuándo cinco metros es algo para ti?- Se animó mientras daba marcha atrás. -Vamos a por la verdad, vamos a machacar al verdadero culpable sin ningún miramiento. ¡Vamos!- La última palabra la soltó cuando pilló carrerilla. Ya no podía retroceder: Ahora o nunca.
Ya en el aire alzó las piernas dándose máximo impulso, pudo volver a notar la adrenalina que normalmente sentía en aquellos casos. Hacía meses que no tenía la libertad de probarse que aun seguía activa. Cuando vio aproximarse el suelo se dio un leve impulso posando el pie en la cornisa y girando sobre si misma antes de llegar a aterrizar. La caída fue limpia y certera. Justo como tenía que ser, casi suelta un grito de triunfo antes de darse cuenta donde estaba: La estación central de policía. Estaba dispuesta a recaudar información veraz y ningún otro sitio mejor que ese. Sus dotes como hacker no eran, ni por asomo, como las de Larry pero derribar el cortafuegos del sistema tan básico que adquirían en las comisarías era algo fácil, incluso para ella.
Se puso un pasamontañas para adentrarse de lleno en su misión. La puerta de la azotea: conseguido; cortar el suministro de luz en el jardín: conseguido; sólo quedaba acceder al despacho central y extraer toda esa información, que deseaba fuera mentira. Le pareció todo demasiado fácil y bufó al pensar en confiar en la justicia con aquella pésima seguridad en sus datos. Hasta un novato podría conseguir dar Jaque a aquel panel tan básico de protección digital.
-¡Ah! Aquí estás maldito- Dio con el nombre del padre de Yonghwa. Multimillonario gracias al esfuerzo adquirido en acciones constructoras. El caso estaba archivado como malversación de fondos, entonces Lara vio la similitud, un inversionista fantasma que llevó a la ruina a esa familia. No se resolvió el caso y la razón hizo tragar saliva a la muchacha. El señor Jung se había suicidado. -No puede ser, esto no... Esto no puede ser verdad- Su corazón se comprimió de tal manera que casi queda sin aire. Cerró fuertemente sus ojos, deseando que fuera una pesadilla. ¡No! Yonghwa era inocente, él era el que merecía vengarse de ese monstruo. -Kraken... ¿Por qué?- Preguntó en voz alta. Si todo era cierto ahora necesitaría la razón, la razón de porqué el Kraken había hecho de ella una simple pieza de un puzzle tan macabro. ¿Qué tenía con esa familia que ya estaba destrozada por la perdida del cabeza de familia? ¿Qué lo aferraba a hacerlos sufrir tanto? ¡Oh dios! ¿Los atentados contra Yonghwa eran obra de él? No, imposible, aquello era demasiado. La había enviado para que lo protegiese y después matarlo ¡Nada tenía sentido! Pero algo la devastó aún más ¿Qué pintaba ella ahí? ¿Qué había hecho una niña de diez años para merecerse estar metida en eso? Dejándose llevar por las emociones descuidó su alrededor. Ni siquiera le importaba. En la cárcel podría estar alejada de toda esa mierda, eso no le quitaría el dolor de saber su miserable existencia pero quizás la haría olvidar porqué estaba donde estaba.
Las lágrimas no la dejaron ver, no estaba sola en aquel lugar. El sujeto esperaba impasible a que se diera cuenta de su presencia. Al ver que Lara no tenía intenciones ni de defenderse, se hizo notar.
-Porque es un monstruo- Afirmó una voz distorsionada. La joven se puso alerta rápidamente, levantándose del asiento frente al ordenador. Agradeció no ceder ante la tentación de quitarse el pasamontañas mientras lloraba. Y fue entonces cuando ordenó a su mente bloquear cualquier otro pensamiento que la distrajera de la inminente trifulca. Se avecinaba una pelea, lo intuía, sin embargo no vio ninguna intención de dar el primer paso en el individuo. Decidió jugar un poco antes de atacar, si era eso lo que iba a suceder.
-Capucha, mascarilla cubriendo la parte baja del rostro, de engañosa apariencia tranquila... Eres muy famoso The Seeker, ¿qué te trae por aquí?
-Quería comprobar si verdaderamente la seguridad de este sitio era una reverenda mierda... Veo que es cierto. Gracias por ahorrarme el trabajo- Su tono era irónico pero con esa voz tan modificada sólo Lara podía avistarlo. Ella sonrió siguiéndole la corriente. Poco a poco se acercaba a él, necesitaba probar a quien se enfrentaba. El tipo no movió ni un ápice, dio por sentado de que se trataba de alguien seguro, alguien capaz que no se achicaba por la amenaza. Quizás ¿Por qué era una mujer? No, ese hombre sabía donde y con quien se las estaba viendo. Siguió desviando el tema mientras averiguaba más sobre su manera de tantear el terreno.
-Dicen que eres letal, puedo intuir que es cierto pero ¿Atacarás a una mujer indefensa?
Carcajeó sonoramente. -¿Indefensa? Sabiendo como se las gasta tu “padre” me extraña que sus “hijos” sean más dóciles- Lara tragó saliva ante sus palabras. Ahora ya dolía el simple hecho de saberse involucrada con ese hombre, que lo supiera ese encapuchado la ofendía mucho más. Iba a contestar pero él se adelantó. -Al parecer has descubierto quien es en realidad ¿Verdad?- Siguió el silencio por parte de ella. -Dime ¿Con qué excusa os utiliza? ¿Dinero? ¿Promesas?- Nada de eso y ambos lo sabían, entonces fue cuando lo vio moverse por primera vez. Sus andares eran pausados y completamente seguros. -¿Venganza?- Concluyó. Sí, justamente eso. Venganza, algo que ni siquiera era verídico. Una farsa para mantenerla cohibida y esperanzada, sólo para conseguir algo que ni ella misma sabía. Comenzaba a odiar a ese Seeker con la misma intensidad que ya lo hacía con el Kraken.
Se dejó llevar por la ira, el encapuchado dio en el clavo a propósito. La pregunta en ese momento era si podía derrotarlo y de paso sacarle información sobre el que todavía era su mentor. Ya no confiaría en nada ni nadie, ya sacaría sus propias conclusiones y por sus propios medios, y no importaba de qué se tendría que valer para conseguirlo. Ya no...
Se abalanzó ferozmente viéndose respondida por un fuerte golpe en el vientre. Se sorprendió cuando observó que quedaba expuesta después de recibir aquel dolor punzante. Estaba inclinada y con su espalda vulnerable, el Seeker, no actuó por un momento. Se sintió ¿Observada? Dios le estaba mirando el... De pronto sintió un fuerte codazo en la columna que la dejó inmóvil en el suelo. No, debía recuperar la concentración. Suspiró mientras volvía a poner en blanco su cabeza y esperó que el otro la fuera a atacar. Efectivamente así fue, agarró uno de sus brazos para ladearla de un sólo movimiento. Entonces Lara se sostuvo de aquella extremidad que la atrapaba.
El otro gimió como si le hubiera retorcido el antebrazo, ella no prestó atención, eso era lo que quería, él estaba intentando zafarse y con una de sus piernas acertó a darle en el costado. Lara también se quejó, intentó ponerse de lado para despistarlo, justo en ese momento alzó su pierna de tal manera que la fuerza ejercida lo echó al suelo, justo al lado de ella. Seguían unidos el agarre insistente de la joven. Esta se levantó hábilmente para posicionarse encima del cuerpo ajeno, lo consiguió. Algo fugaz que el encapuchado tornó al impulsar hacia abajo a la mujer y de un magistral movimiento ponerla debajo de él. Escasos centímetros separaban sus rostros. Algo que resultó extraño para ambos. La alarma de aquel edificio sonó pero ellos no se alejaron. El Seeker le susurró algo antes de actuar:
-Ha sido un placer pelear contigo, hacía tiempo que no me enfrentaba a alguien de mi talla- Dicho esto hizo presión en las manos de Lara mientras aprovechaba para ponerse de pie y correr antes de que ella lo alcanzara.
-Hijo de...- Se escuchó un ruido cerca de la entrada y no le quedó más remedio que imitar al encapuchado. Rodeó por el muro exterior mientras los guardias buscaban por el interior. Tuvo que escalar cuatro pisos hasta llegar a la azotea, ahí volvió a verlo. Increíblemente saltó esos cinco metros al igual que lo hizo ella en su momento, y que ahora tenía que volver a repetir. Sintió un cosquilleó perturbador al recordar el forcejeo sin embargo contuvo la respiración y dio el salto sin más hacia el otro edificio. Justamente por donde había venido.
---
El teléfono sonó. -Lara ¿Dónde andas? Estábamos preocupados por ti- Expresó Jonghyun a través del auricular.
-¿Ha pasado algo? ¿Dónde está Yonghwa?- Ya casi estaba en casa pero se paró confundida al sentir que alguien la seguía. ¿Podría ser ese maldito Seeker?
-Yonghwa está aquí, tranquila- Notó una ligera molestia en su tono pero este prosiguió. -No vayas a casa, estamos fuera. Ven, CNBLUE dará un mini-concierto en el bar del otro día ¿Lo recuerdas?
-Sí, lo recuerdo. Voy para allá, y vigila a ese inútil mientras yo no estoy- Colgó enfurecida. Una sospecha bastante loca se le había cruzado por la cabeza pero por supuesto era algo estúpido pensarlo. Se dispuso a seguir su camino sin dejar de percibir esa presencia que la acechaba, quizás debía despistar al individuo dando un rodeo antes de desaparecer y atraparlo por su espalda. Y así fue...
-Jonghyun solicitó un detective privado y aquí estoy ¿Usted es Lee Jonghyun?- Señaló a Yonghwa sin que este se diera por aludido. La muchacha notó como se quejaba en silencio por el dolor del brazo. Estúpido, más que estúpido. Forzó a su mente para que no se sintiera culpable pero fue inútil, la culpa la reconcomía. ¿Por qué? Él mismo se lo buscó ¿No?
-No, soy yo- El susodicho apareció por la puerta y se puso al lado del supuesto detective. Paseó la mirada por la estancia antes de terminar en el joven. No quiso averiguar para donde enfocaban los ojos de Lara.
La mujer rápidamente le prestó atención preguntándose si ganarían algo teniendo un estorbo más entre ellos. Él fue por mucho tiempo el Camaleón, podría manejar información mejor que cualquier investigador. Sabía que había algo detrás de eso, ni al caso. Ella, por su parte, haría una exhaustiva búsqueda de la verdad sobre la muerte de sus padres. Ahora más que nunca debía saber a ciencia cierta la verdad ante cualquier truco que le obstaculizara. Nadie, absolutamente nadie impediría conocer lo que en verdad le sucedió a sus progenitores. Para tomar total libertad tenía que fingir no saber absolutamente nada del sobre de Yonghwa. Yonghwa... Desvió su mirada al que ocupaba su mente ahora, su mano izquierda apretaba levemente su codo. ¿Afectaría eso a su rendimiento con la guitarra? El importante para tocarla era el izquierdo pero ¿Podría deslizar su mano por las cuerdas naturalmente después de ese incidente? De nuevo el pesar en su pecho, no quería debilidad y sin embargo ahí estaba, preocupándose por el futuro de Yonghwa... Estúpida.
-Encantado- Dijo el joven, Jonghyun estrechó la mano que le era ofrecida.
-Igualmente. Ahora me gustaría presentarle a Yonghwa- Dae Hyun miró al muchacho y alzó su mano hacia él. Dejó de frotarse el cabestrillo y imitó a Jonghyun segundos antes. -Y esta es Lara- Esta hizo exactamente lo mismo, aunque su mueca era basta y sin ninguna simpatía, su mente no estaba allí precisamente. -Como ya le dije debemos averiguar el culpable que está detrás de todo esto-
-Para eso estoy aquí. Soy el mejor en esto, no se preocupen, pronto daremos con sus atacantes-
-¿Atacantes? ¿No era un sólo fanático?
-Oh, no señorita, el modus operandi no es el mismo. Es más de una persona. Sospecho que se trata de dos bandas, y diría que enfrentadas entre si- ¿Podía ser? ¿Podría estar Kraken en Seúl por algo así? Claro, ahora lo entendía, ella y BoA eran simples señuelos para terminar de instalarse. Típico de él. En ese instante le vinieron los documentos ocultos en la mesilla de Yonghwa ¿En verdad lo había hecho? Conocía todo de él pero aún no podía asimilar que fuera utilizada de esa manera para vengar injustamente a sus padres ¡Había jugado con lo más preciado que tenía! ¡Sus recuerdos, sus anhelos! ¡Todo! Maldita sea, había construido toda su vida a base de mentiras, fabricó una verdad que sólo le convenía a él ¿Para qué? ¿Para hacer de ella un soldado manejable, un peón sin ninguna razón para rebelarse? ¿Era eso? ¿Eso intentaba? Cerró sus ojos atontada por tanta información acumulada. Demasiado duro, demasiado fuerte y lo más doloroso de todo es que lo creía capaz de hacerlo. En el fondo lo sabía. El que había considerado su padre, ahora era lo más corrupto. Sentía como si un puñal de doble filo se retorciera en su pecho después de haber sido clavado fuertemente en él.
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Cinco metros. Esa distancia separaba aquel edificio del que se encontraba. Recordó su caída ¿Lo podía conseguir de nuevo? No más dudas, ella era el Águila. Estaba en su sangre, aunque el odio, recién adquirido, hacia su mentor la hiciera repudiar todo su aprendizaje por haberlo aprendido de él. No obstante sabía que sus habilidades sólo las había perfeccionado con ese patán y que su cuerpo las poseía desde siempre. Volvió a calcular la distancia que segundos después abarcaría de un salto. Era realmente buena en ello, a veces Larry le había asegurado que, de no ser un miembro de “Los hijos del Kraken”, podría haber sido un arquitecto prestigioso. Larry... Lo extrañaba y definitivamente, acabaría enfrentándose a el también. La razón por la que se fue Jonghyun comenzaba a darle demasiada curiosidad ¿Sería por descubrir algo así? Tenía tiempo de preguntárselo pero antes estaba conseguir lo que quería sin acabar muerta en el intento.
Tomó aire fuertemente mirando hacía la calle, estaba en un noveno. No le haría mucha gracia al barrendero encontrarse, al día siguiente, con el amasijo de huesos en el que quedaría su cuerpo si caía. Cerró los ojos destruyendo esa horrible imagen preguntándose desde cuando tenía esas inseguridad antes de un salto, aquello siempre había sido pan comido para ella ¿Tanto le afectaba la situación? La verdad quizás la calmara y para ello debía aventarse por aquella cornisa.
-Vamos Águila ¿Desde cuándo cinco metros es algo para ti?- Se animó mientras daba marcha atrás. -Vamos a por la verdad, vamos a machacar al verdadero culpable sin ningún miramiento. ¡Vamos!- La última palabra la soltó cuando pilló carrerilla. Ya no podía retroceder: Ahora o nunca.
Ya en el aire alzó las piernas dándose máximo impulso, pudo volver a notar la adrenalina que normalmente sentía en aquellos casos. Hacía meses que no tenía la libertad de probarse que aun seguía activa. Cuando vio aproximarse el suelo se dio un leve impulso posando el pie en la cornisa y girando sobre si misma antes de llegar a aterrizar. La caída fue limpia y certera. Justo como tenía que ser, casi suelta un grito de triunfo antes de darse cuenta donde estaba: La estación central de policía. Estaba dispuesta a recaudar información veraz y ningún otro sitio mejor que ese. Sus dotes como hacker no eran, ni por asomo, como las de Larry pero derribar el cortafuegos del sistema tan básico que adquirían en las comisarías era algo fácil, incluso para ella.
Se puso un pasamontañas para adentrarse de lleno en su misión. La puerta de la azotea: conseguido; cortar el suministro de luz en el jardín: conseguido; sólo quedaba acceder al despacho central y extraer toda esa información, que deseaba fuera mentira. Le pareció todo demasiado fácil y bufó al pensar en confiar en la justicia con aquella pésima seguridad en sus datos. Hasta un novato podría conseguir dar Jaque a aquel panel tan básico de protección digital.
-¡Ah! Aquí estás maldito- Dio con el nombre del padre de Yonghwa. Multimillonario gracias al esfuerzo adquirido en acciones constructoras. El caso estaba archivado como malversación de fondos, entonces Lara vio la similitud, un inversionista fantasma que llevó a la ruina a esa familia. No se resolvió el caso y la razón hizo tragar saliva a la muchacha. El señor Jung se había suicidado. -No puede ser, esto no... Esto no puede ser verdad- Su corazón se comprimió de tal manera que casi queda sin aire. Cerró fuertemente sus ojos, deseando que fuera una pesadilla. ¡No! Yonghwa era inocente, él era el que merecía vengarse de ese monstruo. -Kraken... ¿Por qué?- Preguntó en voz alta. Si todo era cierto ahora necesitaría la razón, la razón de porqué el Kraken había hecho de ella una simple pieza de un puzzle tan macabro. ¿Qué tenía con esa familia que ya estaba destrozada por la perdida del cabeza de familia? ¿Qué lo aferraba a hacerlos sufrir tanto? ¡Oh dios! ¿Los atentados contra Yonghwa eran obra de él? No, imposible, aquello era demasiado. La había enviado para que lo protegiese y después matarlo ¡Nada tenía sentido! Pero algo la devastó aún más ¿Qué pintaba ella ahí? ¿Qué había hecho una niña de diez años para merecerse estar metida en eso? Dejándose llevar por las emociones descuidó su alrededor. Ni siquiera le importaba. En la cárcel podría estar alejada de toda esa mierda, eso no le quitaría el dolor de saber su miserable existencia pero quizás la haría olvidar porqué estaba donde estaba.
Las lágrimas no la dejaron ver, no estaba sola en aquel lugar. El sujeto esperaba impasible a que se diera cuenta de su presencia. Al ver que Lara no tenía intenciones ni de defenderse, se hizo notar.
-Porque es un monstruo- Afirmó una voz distorsionada. La joven se puso alerta rápidamente, levantándose del asiento frente al ordenador. Agradeció no ceder ante la tentación de quitarse el pasamontañas mientras lloraba. Y fue entonces cuando ordenó a su mente bloquear cualquier otro pensamiento que la distrajera de la inminente trifulca. Se avecinaba una pelea, lo intuía, sin embargo no vio ninguna intención de dar el primer paso en el individuo. Decidió jugar un poco antes de atacar, si era eso lo que iba a suceder.
-Capucha, mascarilla cubriendo la parte baja del rostro, de engañosa apariencia tranquila... Eres muy famoso The Seeker, ¿qué te trae por aquí?
-Quería comprobar si verdaderamente la seguridad de este sitio era una reverenda mierda... Veo que es cierto. Gracias por ahorrarme el trabajo- Su tono era irónico pero con esa voz tan modificada sólo Lara podía avistarlo. Ella sonrió siguiéndole la corriente. Poco a poco se acercaba a él, necesitaba probar a quien se enfrentaba. El tipo no movió ni un ápice, dio por sentado de que se trataba de alguien seguro, alguien capaz que no se achicaba por la amenaza. Quizás ¿Por qué era una mujer? No, ese hombre sabía donde y con quien se las estaba viendo. Siguió desviando el tema mientras averiguaba más sobre su manera de tantear el terreno.
-Dicen que eres letal, puedo intuir que es cierto pero ¿Atacarás a una mujer indefensa?
Carcajeó sonoramente. -¿Indefensa? Sabiendo como se las gasta tu “padre” me extraña que sus “hijos” sean más dóciles- Lara tragó saliva ante sus palabras. Ahora ya dolía el simple hecho de saberse involucrada con ese hombre, que lo supiera ese encapuchado la ofendía mucho más. Iba a contestar pero él se adelantó. -Al parecer has descubierto quien es en realidad ¿Verdad?- Siguió el silencio por parte de ella. -Dime ¿Con qué excusa os utiliza? ¿Dinero? ¿Promesas?- Nada de eso y ambos lo sabían, entonces fue cuando lo vio moverse por primera vez. Sus andares eran pausados y completamente seguros. -¿Venganza?- Concluyó. Sí, justamente eso. Venganza, algo que ni siquiera era verídico. Una farsa para mantenerla cohibida y esperanzada, sólo para conseguir algo que ni ella misma sabía. Comenzaba a odiar a ese Seeker con la misma intensidad que ya lo hacía con el Kraken.
Se dejó llevar por la ira, el encapuchado dio en el clavo a propósito. La pregunta en ese momento era si podía derrotarlo y de paso sacarle información sobre el que todavía era su mentor. Ya no confiaría en nada ni nadie, ya sacaría sus propias conclusiones y por sus propios medios, y no importaba de qué se tendría que valer para conseguirlo. Ya no...
Se abalanzó ferozmente viéndose respondida por un fuerte golpe en el vientre. Se sorprendió cuando observó que quedaba expuesta después de recibir aquel dolor punzante. Estaba inclinada y con su espalda vulnerable, el Seeker, no actuó por un momento. Se sintió ¿Observada? Dios le estaba mirando el... De pronto sintió un fuerte codazo en la columna que la dejó inmóvil en el suelo. No, debía recuperar la concentración. Suspiró mientras volvía a poner en blanco su cabeza y esperó que el otro la fuera a atacar. Efectivamente así fue, agarró uno de sus brazos para ladearla de un sólo movimiento. Entonces Lara se sostuvo de aquella extremidad que la atrapaba.
El otro gimió como si le hubiera retorcido el antebrazo, ella no prestó atención, eso era lo que quería, él estaba intentando zafarse y con una de sus piernas acertó a darle en el costado. Lara también se quejó, intentó ponerse de lado para despistarlo, justo en ese momento alzó su pierna de tal manera que la fuerza ejercida lo echó al suelo, justo al lado de ella. Seguían unidos el agarre insistente de la joven. Esta se levantó hábilmente para posicionarse encima del cuerpo ajeno, lo consiguió. Algo fugaz que el encapuchado tornó al impulsar hacia abajo a la mujer y de un magistral movimiento ponerla debajo de él. Escasos centímetros separaban sus rostros. Algo que resultó extraño para ambos. La alarma de aquel edificio sonó pero ellos no se alejaron. El Seeker le susurró algo antes de actuar:
-Ha sido un placer pelear contigo, hacía tiempo que no me enfrentaba a alguien de mi talla- Dicho esto hizo presión en las manos de Lara mientras aprovechaba para ponerse de pie y correr antes de que ella lo alcanzara.
-Hijo de...- Se escuchó un ruido cerca de la entrada y no le quedó más remedio que imitar al encapuchado. Rodeó por el muro exterior mientras los guardias buscaban por el interior. Tuvo que escalar cuatro pisos hasta llegar a la azotea, ahí volvió a verlo. Increíblemente saltó esos cinco metros al igual que lo hizo ella en su momento, y que ahora tenía que volver a repetir. Sintió un cosquilleó perturbador al recordar el forcejeo sin embargo contuvo la respiración y dio el salto sin más hacia el otro edificio. Justamente por donde había venido.
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El teléfono sonó. -Lara ¿Dónde andas? Estábamos preocupados por ti- Expresó Jonghyun a través del auricular.
-¿Ha pasado algo? ¿Dónde está Yonghwa?- Ya casi estaba en casa pero se paró confundida al sentir que alguien la seguía. ¿Podría ser ese maldito Seeker?
-Yonghwa está aquí, tranquila- Notó una ligera molestia en su tono pero este prosiguió. -No vayas a casa, estamos fuera. Ven, CNBLUE dará un mini-concierto en el bar del otro día ¿Lo recuerdas?
-Sí, lo recuerdo. Voy para allá, y vigila a ese inútil mientras yo no estoy- Colgó enfurecida. Una sospecha bastante loca se le había cruzado por la cabeza pero por supuesto era algo estúpido pensarlo. Se dispuso a seguir su camino sin dejar de percibir esa presencia que la acechaba, quizás debía despistar al individuo dando un rodeo antes de desaparecer y atraparlo por su espalda. Y así fue...
Capítulo 12: ¿Momento de debilidad?
Los hijos del Kraken by Laura Ramírez Patarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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