miércoles, 9 de enero de 2013

A través del tiempo V

Y por último, hoy os dejo el quinto capítulo de "A través del tiempo". Un abrazo!!!


Capítulo 4: ¿Un sueño o una jugarreta del destino?






Capítulo 5: El segundo que hizo cambiarlo todo


-Por favor, ayudame...- Susurró el hombre que ahora le agarraba del tobillo. Sin pensar se arrodilló ante él, posó una de sus manos en la frente de Jin Ki y advirtió que estaba ardiendo en fiebre.

-¿Qué hacías aquí fuera? ¿No te dije que volvieras a tu casa?- Su tono era triste, se sentía culpable pero ¿Por qué? Ese hombre estaba loco ¿Por qué se quedó en la puerta con ese frío tan infernal?

-Yo... Yo no tengo a donde ir- Confesó aquel individuo con un hilo de voz, cada vez estaba más débil. La joven sintió una punzada ¿Era verdad lo que decía aquel hombre? Con esa temperatura era imposible que mintiera, decidió creerle...

-Ahora debes hacer el esfuerzo de levantarte, voy a ayudarte pero seguro que no podré sola. Debes hacerlo ¿Si? Venga a la de tres- Aquel joven asintió levemente así que Hana puso el brazo izquierdo de Jin Ki alrededor de su cuello y al contar hasta tres hizo impulso hacia arriba. Con gran esfuerzo acomodó su brazo por la cintura del hombre para sostenerlo mejor y con la mano sobrante agarraba el brazo que tenía en su cuello para estar segura de no caer ya que si caía él, ella iría detrás. Después de cerrar la puerta con una patada suave se dirigió al piso de arriba para acomodarlo en su cama.

Después de estar minutos poniendo trapos fríos en su frente y tomándole la temperatura cada dos por tres observó como aún nada hacía efecto. Trago saliva, quizás debía quitarle la ropa y acomodarlo bien en la cama con una manta eléctrica que su madre le había regalado tiempo atrás. Andaba quitándole el hanbok cuando se preguntó de nuevo por qué ese tipo llevaba aquella vestimenta. Miró hacia su cabeza, no se había fijado antes, llevaba una especie de moño pero su flequillo posaba en su frente ahora empapada en sudor, todo su pelo andaba despeinado. Se encontró observándolo con ¿Lujuria? “Hana ¿Qué demonios estás haciendo?” Se preguntó al instante. Negó con fuerza y volvió a lo que estaba haciendo.

Un par de horas después, Hana se incorporó con gran esfuerzo ya que estaba sentada en el suelo, apoyando sus brazos en la cama, dio un par de cabezadas en aquellas horas pero la posición no era muy cómoda para dormir y menos si debía estar atenta a la salud de Jin Ki. Con bastante desgana Hana se inclinó hacía Jin Ki que ahora estaba arropado con varias mantas, ella también llevaba una pero al levantarse con tan poco ímpetu se le cayó al suelo sin más. Solo se podía avistar el rostro del enfermo, ya no temblaba, ahora descansaba con un semblante tranquilo, durmiendo profundamente.

-La fiebre ya ha bajado bastante, te dejaré dormir- Dijo Hana en voz alta mientras tocaba la frente de aquel extraño, le dolían bastante las piernas de la posición en la que había estado todo ese tiempo y tuvo que sentarse en la cama bruscamente. Giró su rostro para asegurarse de que no había despertado a Jin Ki. Volvió a perderse en aquel rostro... -¿Esto es para torturarme? ¿Por eso te pareces tanto?- Hizo el amago de acariciarle la mejilla pero de pronto la mano de aquel individuo se lo impidió. Miró sus ojos, estaban cerrados ¿Un acto reflejo estando dormido?

Quiso soltarse pero le apretaba demasiado la muñeca. En ese momento la cabeza de Jin Ki comenzó a moverse de un lado a otro como si estuviera teniendo una horrible pesadilla. Los ojos de la joven se agrandaron ya que cada vez hacía más fuerza en su muñeca ya dolorida.

-Ah- No pudo reprimir un quejido le estaba haciendo demasiado daño, temía que en cualquier momento le partiera la muñeca. -Suél... Suéltame- Alcanzó a decir entre rugidos para sacarse aquella mano de encima.

Algo que no advirtió es que Jin Ki de pronto se incorporara quedando sentado en aquella cama, sin soltarla, parecía mirarla. Hana se olvidó de su muñeca maltratada, ahora solo pensaba en aquel rostro a solo unos centímetros del suyo. Notaba su respiración tan cerca que un escalofrío recorrió su espalda ¿Qué trataba de hacer aquel hombre que ahora posaba la mirada en sus labios? ¿Por qué su cuerpo no se inmutaba? No le dio tiempo a cuestionarse nada más cuando notó que algo demasiado suave rozaba sus labios... Eran los de Jin Ki. La estaba besando y ella estaba en shock. Sus ojos se abrieron aún más cuando este comenzó a jugar con ellos. Primero dando pequeños besos en el superior y después atrapando entre los suyos el inferior. Era tan dulce que cerró sus ojos para sentir aquel juego tan exquisito. Sin permiso él se abrió paso para explorar cada rincón de la boca de Hana pero eso a ella no le importó, al contrario, lo imitó. Ahora ambos se encontraban en una divertida guerra por dominar aquel perfecto beso.

La mano de Jin Ki en contacto con su piel cerca de la cintura, la que hizo darse cuenta de lo que estaba pasando. -¡Onew!- Sin más de su boca salió esa desafortunada palabra. Se apartó de Jin Ki para mirar la reacción de este al escucharla decir el nombre de Onew pero ¿Por qué se sentía tan culpable? Él era un extraño, ni si quiera sabía su nombre ¿Por qué la había besado? ¿Por qué la confundía así? No tenía ningún derecho a reclamarle que dijera el nombre de otro al besarle pero ¿Por qué aún así lo esperaba?

Volvió a mirar aquellos ojos, estaban ahora cerrados ¿La besó entre sueños delirantes? Sentía un pequeño alivio al ver que no debía explicar nada ¿Explicar, por qué debía explicar? Pero por otro lado sintió ¿Decepción? Su cabeza daba vueltas, lo más seguro es que aún estuviera en un sueño un tanto extraño y que pronto despertaría al lado de Onew en aquella cama ahora ocupada por ese tipo.

Con cuidado volvió a recostar a Jin Ki que al parecer estaba dormido tranquilamente después de tener tal pesadilla. Lo observó por unos segundos y se fue de la habitación, por fin soltó el suspiro que estaba reprimiendo. Se llevó la mano a los labios, estaban un tanto hinchados y en la comisura de estos notó una pequeña herida, aquel juego se les fue de las manos.

Podía notar los rayos de sol a través de la ventana. Se había quedado dormida en el sofá de aquel salón. Se había llevado una manta que ahora recubría la parte superior de su cuerpo, sentía las piernas heladas. Al ver la comida del gato puesta en la encimera resopló con desgana. Todo había sido real, ese extraño debía encontrarse en esa cama y hoy debía decidir que hacer con su vida. Por ahora debía ir a la habitación para asegurarse de que todo iba bien con la salud de ese tipo. Al entrar lo vio sentado en la cama tocándose la cabeza, lucía como un joven la mañana siguiente a una noche de copas. Estaba semidesnudo, con la parte inferior de su hanbok y su pecho descubierto. Observó lo que en el momento de desvestirlo se le pasó por alto, su cuerpo estaba bien formado al igual que el de Onew... Le encantaba aquel cuerpo... Demonios ¿Por qué todo de él era idéntico? Carraspeó haciendo que Jin Ki se diera cuenta de su presencia.

-¿Estás mejor?- Preguntó Hana entrando lentamente.

-Parece como si me hubieran torturado durante horas, pero creo que sí- Aún no se giró a mirarla era más importante recuperarse completamente de aquel entaponamiento en el que se encontraba.

-Tenías bastante fiebre- Se sentó al lado de Jin Ki mientras ponía las manos entre sus piernas chocando las uñas de sus dedos índice. -Disculpa mi atrevimiento al quitarte tu hanbok... Pero estaba empapado en sudor y yo...

-¡¿Tu qué?!- Justo se dio cuenta de que estaba sin su ropa, se cruzó los brazos por el pecho desnudo como si eso pudiera ocultar algo y se levantó rápidamente dando la espalda a la joven.

-¡Lo... Lo siento, toma mi manta!- Sin más se levantó y se quitó la que llevaba encima, al ofrecérsela a Jin Ki este se giró para agarrarla pero al ver el diminuto atuendo de Hana su cara se volvió roja, la sangre se posó en sus mejillas de una manera salvaje.

-¡Eh! ¡No! No pasa nada ¡Quédatela tu, quizás tengas frío así sin...!- Se tapó mínimamente sus ojos pero aún seguía mirando, la cara de la muchacha reflejaba su total desconcierto ¿Qué pretendía aquella mujer? ¿Matarlo?

-No, no ya no hace tanto frío tómala- Insistió Hana acercándose a Jin Ki.

-¿Has visto como estás vestida? Tu la necesitas más que yo, si quieres que siga solo mirándote- Las palabras de aquel extraño hicieron que se mirara. Tenía razón quizás estaba demasiado descubierta ante él, pero ese parecido con Onew la confundía tanto que no se preocupaba por su atuendo. Corrió a taparse lo más que pudo con aquella tela notando como sus mejillas se volvían de un color rosado. Ahora que lo pensaba ¿Qué quiso decir con aquella última frase? Recordar el beso iluminó sus pensamientos y se tapó el rostro totalmente avergonzada.

-Lo siento...

-Jin Ki, me llamo Lee Jin Ki. Me gustaría saber porque te disculpas tanto... Esto... Yo solo quiero agradecerte por no dejarme allí fuera esta noche- Ahora se había olvidado de su atuendo y se rascaba la cabeza con total naturalidad, la sonrisa de Hana lo alejó de cualquier pensamiento simplemente le devolvió aquel preciosa mueca con una aún más cálida. El momento de repente se volvió incómodo, la joven carraspeó de nuevo.

-Te daré la oportunidad de explicarte y te ayudaré- Tal decisión tomó por sorpresa a Jin Ki que la miraba incrédulo.

-Ayer estabas... ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?- La joven al oír esto se volvió a rozar los labios con una de sus manos.

-Nada, solo que no me gustaría que alguien vague por ahí por mi culpa, soy un ciudadano de bien- Cruzó sus brazos e hizo un gesto de indignación totalmente fingida. -Pero antes te daré algo de ropa, al ser idénticos, te quedará todo bien...- Jin Ki solo asintió a aquellas palabras.

Después de sacar un par de prendas Hana guió al joven hasta el cuarto de baño donde cerró la puerta dejándolo solo dentro de aquel lugar bastante raro para él.

-Yo me iré a cambiar, para lo que necesites me llamas ¿Vale?- Avisó Hana desde la puerta.

-Está bien...

Se encontraba con aquellas prendas entre sus brazos girando sobre si mismo, todo era blanco y demasiado claro. Le gustaba aquel sitio, todos los lugares tenían algo que le asombraba. Solo aquel instrumento en el que entró por primera vez le atemorizaba. Puso la ropa encima de una especie de estante y su mirada se centró en dos artilugios. Uno era el bidé y otro era el inodoro, comenzó a observar el último. Se puso de cuclillas mientras algo en la parte de arriba de este llamó su atención, aquel botón lo llamaba a gritos. Sabía que sin conocer aquel mundo no debía tocar nada pero ese botoncito lo estaba provocando... Lo presionó sin más, el sonido y el agua correr tan estrepitosamente hicieron que Jin Ki se llevará el peor susto de su vida. Pegó tal respingo que se tropezó y al caer su cabeza topó con la vieja cañería del lavabo tan fuerte que esta cedió. El agua caía a borbotones encima del pobre tipo tan adolorido como asustado. Al ver que el agua no paraba de salir intentó detenerla poniendo sus manos en aquel orificio en vano, aquella situación lo superaba, la había pifiado al tocar aquel maldito botón.

-¡Ayuda!- Escuchó decir Hana desde el baño, justo ahora que terminaba de vestirse...

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