Capítulo 4: ¿Un sueño o una jugarreta del destino?
Capítulo 5: El segundo que hizo cambiarlo todo
-Por favor, ayudame...- Susurró el
hombre que ahora le agarraba del tobillo. Sin pensar se arrodilló
ante él, posó una de sus manos en la frente de Jin Ki y advirtió
que estaba ardiendo en fiebre.
-¿Qué hacías aquí fuera? ¿No te
dije que volvieras a tu casa?- Su tono era triste, se sentía
culpable pero ¿Por qué? Ese hombre estaba loco ¿Por qué se quedó
en la puerta con ese frío tan infernal?
-Yo... Yo no tengo a donde ir- Confesó
aquel individuo con un hilo de voz, cada vez estaba más débil. La
joven sintió una punzada ¿Era verdad lo que decía aquel hombre?
Con esa temperatura era imposible que mintiera, decidió creerle...
-Ahora debes hacer el esfuerzo de
levantarte, voy a ayudarte pero seguro que no podré sola. Debes
hacerlo ¿Si? Venga a la de tres- Aquel joven asintió levemente así
que Hana puso el brazo izquierdo de Jin Ki alrededor de su cuello y
al contar hasta tres hizo impulso hacia arriba. Con gran esfuerzo
acomodó su brazo por la cintura del hombre para sostenerlo mejor y
con la mano sobrante agarraba el brazo que tenía en su cuello para
estar segura de no caer ya que si caía él, ella iría detrás.
Después de cerrar la puerta con una patada suave se dirigió al piso
de arriba para acomodarlo en su cama.
Después de estar minutos poniendo
trapos fríos en su frente y tomándole la temperatura cada dos por
tres observó como aún nada hacía efecto. Trago saliva, quizás
debía quitarle la ropa y acomodarlo bien en la cama con una manta
eléctrica que su madre le había regalado tiempo atrás. Andaba
quitándole el hanbok cuando se preguntó de nuevo por qué ese tipo
llevaba aquella vestimenta. Miró hacia su cabeza, no se había
fijado antes, llevaba una especie de moño pero su flequillo posaba
en su frente ahora empapada en sudor, todo su pelo andaba despeinado.
Se encontró observándolo con ¿Lujuria? “Hana ¿Qué demonios
estás haciendo?” Se preguntó al instante. Negó con fuerza y
volvió a lo que estaba haciendo.
Un par de horas después, Hana se
incorporó con gran esfuerzo ya que estaba sentada en el suelo,
apoyando sus brazos en la cama, dio un par de cabezadas en aquellas
horas pero la posición no era muy cómoda para dormir y menos si
debía estar atenta a la salud de Jin Ki. Con bastante desgana Hana
se inclinó hacía Jin Ki que ahora estaba arropado con varias
mantas, ella también llevaba una pero al levantarse con tan poco
ímpetu se le cayó al suelo sin más. Solo se podía avistar el
rostro del enfermo, ya no temblaba, ahora descansaba con un semblante
tranquilo, durmiendo profundamente.
-La fiebre ya ha bajado bastante, te
dejaré dormir- Dijo Hana en voz alta mientras tocaba la frente de
aquel extraño, le dolían bastante las piernas de la posición en la
que había estado todo ese tiempo y tuvo que sentarse en la cama
bruscamente. Giró su rostro para asegurarse de que no había
despertado a Jin Ki. Volvió a perderse en aquel rostro... -¿Esto es
para torturarme? ¿Por eso te pareces tanto?- Hizo el amago de
acariciarle la mejilla pero de pronto la mano de aquel individuo se
lo impidió. Miró sus ojos, estaban cerrados ¿Un acto reflejo
estando dormido?
Quiso soltarse pero le apretaba
demasiado la muñeca. En ese momento la cabeza de Jin Ki comenzó a
moverse de un lado a otro como si estuviera teniendo una horrible
pesadilla. Los ojos de la joven se agrandaron ya que cada vez hacía
más fuerza en su muñeca ya dolorida.
-Ah- No pudo reprimir un quejido le
estaba haciendo demasiado daño, temía que en cualquier momento le
partiera la muñeca. -Suél... Suéltame- Alcanzó a decir entre
rugidos para sacarse aquella mano de encima.
Algo que no advirtió es que Jin Ki de
pronto se incorporara quedando sentado en aquella cama, sin soltarla,
parecía mirarla. Hana se olvidó de su muñeca maltratada, ahora
solo pensaba en aquel rostro a solo unos centímetros del suyo.
Notaba su respiración tan cerca que un escalofrío recorrió su
espalda ¿Qué trataba de hacer aquel hombre que ahora posaba la
mirada en sus labios? ¿Por qué su cuerpo no se inmutaba? No le dio
tiempo a cuestionarse nada más cuando notó que algo demasiado suave
rozaba sus labios... Eran los de Jin Ki. La estaba besando y ella
estaba en shock. Sus ojos se abrieron aún más cuando este comenzó
a jugar con ellos. Primero dando pequeños besos en el superior y
después atrapando entre los suyos el inferior. Era tan dulce que
cerró sus ojos para sentir aquel juego tan exquisito. Sin permiso él
se abrió paso para explorar cada rincón de la boca de Hana pero eso
a ella no le importó, al contrario, lo imitó. Ahora ambos se
encontraban en una divertida guerra por dominar aquel perfecto beso.
La mano de Jin Ki en contacto con su
piel cerca de la cintura, la que hizo darse cuenta de lo que estaba
pasando. -¡Onew!- Sin más de su boca salió esa desafortunada
palabra. Se apartó de Jin Ki para mirar la reacción de este al
escucharla decir el nombre de Onew pero ¿Por qué se sentía tan
culpable? Él era un extraño, ni si quiera sabía su nombre ¿Por
qué la había besado? ¿Por qué la confundía así? No tenía
ningún derecho a reclamarle que dijera el nombre de otro al besarle
pero ¿Por qué aún así lo esperaba?
Volvió a mirar aquellos ojos, estaban
ahora cerrados ¿La besó entre sueños delirantes? Sentía un
pequeño alivio al ver que no debía explicar nada ¿Explicar, por
qué debía explicar? Pero por otro lado sintió ¿Decepción? Su
cabeza daba vueltas, lo más seguro es que aún estuviera en un sueño
un tanto extraño y que pronto despertaría al lado de Onew en
aquella cama ahora ocupada por ese tipo.
Con cuidado volvió a recostar a Jin Ki
que al parecer estaba dormido tranquilamente después de tener tal
pesadilla. Lo observó por unos segundos y se fue de la habitación,
por fin soltó el suspiro que estaba reprimiendo. Se llevó la mano a
los labios, estaban un tanto hinchados y en la comisura de estos notó
una pequeña herida, aquel juego se les fue de las manos.
Podía notar los rayos de sol a través
de la ventana. Se había quedado dormida en el sofá de aquel salón.
Se había llevado una manta que ahora recubría la parte superior de
su cuerpo, sentía las piernas heladas. Al ver la comida del gato
puesta en la encimera resopló con desgana. Todo había sido real,
ese extraño debía encontrarse en esa cama y hoy debía decidir que
hacer con su vida. Por ahora debía ir a la habitación para
asegurarse de que todo iba bien con la salud de ese tipo. Al entrar
lo vio sentado en la cama tocándose la cabeza, lucía como un joven
la mañana siguiente a una noche de copas. Estaba semidesnudo, con la
parte inferior de su hanbok y su pecho descubierto. Observó lo que
en el momento de desvestirlo se le pasó por alto, su cuerpo estaba
bien formado al igual que el de Onew... Le encantaba aquel cuerpo...
Demonios ¿Por qué todo de él era idéntico? Carraspeó haciendo
que Jin Ki se diera cuenta de su presencia.
-¿Estás mejor?- Preguntó Hana
entrando lentamente.
-Parece como si me hubieran torturado
durante horas, pero creo que sí- Aún no se giró a mirarla era más
importante recuperarse completamente de aquel entaponamiento en el
que se encontraba.
-Tenías bastante fiebre- Se sentó al
lado de Jin Ki mientras ponía las manos entre sus piernas chocando
las uñas de sus dedos índice. -Disculpa mi atrevimiento al quitarte
tu hanbok... Pero estaba empapado en sudor y yo...
-¡¿Tu qué?!- Justo se dio cuenta de
que estaba sin su ropa, se cruzó los brazos por el pecho desnudo
como si eso pudiera ocultar algo y se levantó rápidamente dando la
espalda a la joven.
-¡Lo... Lo siento, toma mi manta!- Sin
más se levantó y se quitó la que llevaba encima, al ofrecérsela a
Jin Ki este se giró para agarrarla pero al ver el diminuto atuendo
de Hana su cara se volvió roja, la sangre se posó en sus mejillas
de una manera salvaje.
-¡Eh! ¡No! No pasa nada ¡Quédatela
tu, quizás tengas frío así sin...!- Se tapó mínimamente sus ojos
pero aún seguía mirando, la cara de la muchacha reflejaba su total
desconcierto ¿Qué pretendía aquella mujer? ¿Matarlo?
-No, no ya no hace tanto frío tómala-
Insistió Hana acercándose a Jin Ki.
-¿Has visto como estás vestida? Tu la
necesitas más que yo, si quieres que siga solo mirándote- Las
palabras de aquel extraño hicieron que se mirara. Tenía razón
quizás estaba demasiado descubierta ante él, pero ese parecido con
Onew la confundía tanto que no se preocupaba por su atuendo. Corrió
a taparse lo más que pudo con aquella tela notando como sus mejillas
se volvían de un color rosado. Ahora que lo pensaba ¿Qué quiso
decir con aquella última frase? Recordar el beso iluminó sus
pensamientos y se tapó el rostro totalmente avergonzada.
-Lo siento...
-Jin Ki, me llamo Lee Jin Ki. Me
gustaría saber porque te disculpas tanto... Esto... Yo solo quiero
agradecerte por no dejarme allí fuera esta noche- Ahora se había
olvidado de su atuendo y se rascaba la cabeza con total naturalidad,
la sonrisa de Hana lo alejó de cualquier pensamiento simplemente le
devolvió aquel preciosa mueca con una aún más cálida. El momento
de repente se volvió incómodo, la joven carraspeó de nuevo.
-Te daré la oportunidad de explicarte
y te ayudaré- Tal decisión tomó por sorpresa a Jin Ki que la
miraba incrédulo.
-Ayer estabas... ¿Qué te ha hecho
cambiar de opinión?- La joven al oír esto se volvió a rozar los
labios con una de sus manos.
-Nada, solo que no me gustaría que
alguien vague por ahí por mi culpa, soy un ciudadano de bien- Cruzó
sus brazos e hizo un gesto de indignación totalmente fingida. -Pero
antes te daré algo de ropa, al ser idénticos, te quedará todo
bien...- Jin Ki solo asintió a aquellas palabras.
Después de sacar un par de prendas
Hana guió al joven hasta el cuarto de baño donde cerró la puerta
dejándolo solo dentro de aquel lugar bastante raro para él.
-Yo me iré a cambiar, para lo que
necesites me llamas ¿Vale?- Avisó Hana desde la puerta.
-Está bien...
Se encontraba con aquellas prendas
entre sus brazos girando sobre si mismo, todo era blanco y demasiado
claro. Le gustaba aquel sitio, todos los lugares tenían algo que le
asombraba. Solo aquel instrumento en el que entró por primera vez le
atemorizaba. Puso la ropa encima de una especie de estante y su
mirada se centró en dos artilugios. Uno era el bidé y otro era el
inodoro, comenzó a observar el último. Se puso de cuclillas
mientras algo en la parte de arriba de este llamó su atención,
aquel botón lo llamaba a gritos. Sabía que sin conocer aquel mundo
no debía tocar nada pero ese botoncito lo estaba provocando... Lo
presionó sin más, el sonido y el agua correr tan estrepitosamente
hicieron que Jin Ki se llevará el peor susto de su vida. Pegó tal
respingo que se tropezó y al caer su cabeza topó con la vieja
cañería del lavabo tan fuerte que esta cedió. El agua caía a
borbotones encima del pobre tipo tan adolorido como asustado. Al ver
que el agua no paraba de salir intentó detenerla poniendo sus manos
en aquel orificio en vano, aquella situación lo superaba, la había
pifiado al tocar aquel maldito botón.
-¡Ayuda!- Escuchó decir Hana desde el
baño, justo ahora que terminaba de vestirse...

A través del tiempo by Laura Ramírez Patarro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.477299068982080.111688.383825261662795&type=3.
Permissions beyond the scope of this license may be available at https://www.facebook.com/LaCulturaKPopYJPop.
Creado a partir de la obra en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.477299068982080.111688.383825261662795&type=3.
Permissions beyond the scope of this license may be available at https://www.facebook.com/LaCulturaKPopYJPop.
No hay comentarios:
Publicar un comentario