Elemental: Prólogo
Era un día bastante ajetreado como
cualquier otro, un grupo de gente se paró en frente del paso de
peatones, esperando el permiso del semáforo... Las pantallas
digitales en los rascacielos eran tendencia, mientras la gente
esperaba tranquilamente al color verde, las pantalla entretenían a
las masas.
Llevaban semanas anunciándolo...
“Este complejo albergará a más
de cuatrocientos millones de personas, su tamaño lo hace la mayor
estructura jamás creada, si usted puede permitirse una plaza aquí
no tendrá que salir de sus instalaciones porque su Succum que
constará de torres interconectadas entre sí y a una aún más
grande llamada Summun, que estará en el centro de este maravilloso
lugar, se encargarán de suministrar a todo el Eras. Consta de la
tecnología más avanzada de producción que hará de Eras una mega
estructura auto suficiente. No lo dude más y comience su nueva vida
en el Eras donde se producirán todos los recursos que deseé. Diga
sí a Eras”
La chica del telediario ofrecía una
amplia sonrisa pero en las pantallas digitales se veía
exageradamente grande. Algunos ya ignoraban el anuncio, a otros se
les escuchaba maldiciendo lo caro y lo ostentoso que seria vivir allí
teniendo sitios más bonitos. Otros se lamentaban por no tener el
dinero para mudarse allí, porque seria la vida definitiva, para qué
tener que preocuparse por buscar recursos y alimentos si allí hacían
lo que fuera con lo último en tecnología. Todo el tiempo se hablaba
del Eras.
El semáforo tornó verde, pero nadie se
movió, lo que estaba ahora en las pantallas sí atrajo toda la
atención... La emisión normal cambió de repente con un gran
estruendo, un hombre de unos 40 años estaba ahora en todas las
pantallas, a primera vista solo un hacker más, pero cuando comenzó
a hablar lo que dijo fue contundente...
“No tengo mucho tiempo, así que
escuchad con atención ¡Nos han engañado a todos! Eras no será
solo una mega estructura para los que quieran vivir allí sino que en
los años venideros solo será habitable la zona donde está
instalado este famoso complejo residencial. No se dejen engañar y
vayan hacia sus muros, exijan su sitio en lo que será su salvación,
si no serán olvidados y morirán si no están dentro de esa
estructura. Si no me creen solo miren este gráfico donde se
comprueba que la atmósfera pronto desaparecerá y que solo un tres
por ciento del planeta será habitable ¿Deducen que es lo que está
construido en ese tres por ciento? Efectivamente ¡El Eras! ¡Salgan
de sus casas y diríjanse al Eras no se dejen asesinar tranquilamente
por tiranos! ¡Vayan al Eras si quieren vivir!”
El
gráfico, que mostraba claramente como había decrecido el oxígeno
en la atmósfera y como la capa de ozono estaba desapareciendo, aun
se veía en la pantalla cuando el hombre ya se había ido. Hubo un
corte en la emisión y todas las pantallas se apagaron.
Por unos segundos todo paró en seco,
pero de pronto de la nada aparecieron chicos de unos veinte a treinta
años tirando papeles al aire gritando:
-¡No se dejen engañar, vayan al Eras
si desean seguir viviendo!
Al cabo de un par de horas, todo era un
caos, la gente corría sin rumbo, los coches ahora llenaban las
calles en colas infinitas y se estaban produciendo los primeros
saqueos.
Era un hecho, habían sido engañados
tanto por los medios de comunicación como por los demás
mandatarios, sobornados con un lugar privilegiado en el Eras, para no
perder el control mientras construían la mega estructura. Ahora sus
alrededores estaban bien protegidos por unos muros imposibles de
derribar, la fuerza militar los reforzaba y la gente que se intentara
acercar al Eras era aniquilada sin piedad.
En cuestión de años, las guerras y conflictos entre la misma gente que intentaba penetrar en el Eras y de estos contra las fuerzas fronterizas, cada vez eran más intensos y millones de vidas se iban por el camino cada día, cada hora... Mientras en el Eras se hacía una vida tranquila en una burbuja ajena a cualquier peligro. Fuera de la mega estructura todo estaba desolado por tantos conflictos y la falta de recursos que el Eras sustraía para sí.
En cuestión de años, las guerras y conflictos entre la misma gente que intentaba penetrar en el Eras y de estos contra las fuerzas fronterizas, cada vez eran más intensos y millones de vidas se iban por el camino cada día, cada hora... Mientras en el Eras se hacía una vida tranquila en una burbuja ajena a cualquier peligro. Fuera de la mega estructura todo estaba desolado por tantos conflictos y la falta de recursos que el Eras sustraía para sí.
Tantos siglos de guerra hizo que la
gente se resignara y comprendiera que no había nada que hacer,
aunque ya era demasiado tarde, después de tanta masacre había
sobrevivido solo el diez por ciento de los seres humanos.
Todo ser vivo que quedó fuera del Eras
se vio obligado a evolucionar, a sobrevivir, con los pocos recursos
que quedaban y esperando la muerte por la ausencia de oxígeno...
Pero ocurrió algo insólito, la
atmósfera no decayó de golpe como se decía, si no que permitió
que poco a poco todos los seres que estaban bajo ella pudieran irse
adaptando al nivel de oxígeno que iba disminuyendo. Unos dos mil
años después a la evolución del propio ser humano, fuera del Eras,
se le proclamó Essens y cada vez se extendía más por todo el
planeta, al igual que las nuevas especies del mundo animal. Pero esa
información no llegó a la gente del Eras hasta milenios después ya
que estaban aislados del mundo, por miedo a morir si salían al
exterior. Vivieron, por siglos, en la creencia de que todo ser vivo
moriría fuera de esa mega fortaleza, que ahora, era su hogar.
Pasados unos cinco mil años, la
tecnología del Eras había llegado a términos insospechados y se
permitían explorar, siempre con mucha cautela, el resto del planeta.
La enemistad entre humanos y essens se hacía cada vez más fuerte y
se corría el riesgo de guerra entre las dos especies. Por su lado,
los humanos hacían sus movimientos en secreto para investigar las
anomalías de los essens, es decir, combatir si hubiera la ocasión,
en contra de tales poderes, ya que esta especie los desarrolló para
poder sobrevivir en condiciones ínfimas. Mientras reforzaban sus
muros impenetrables, a alturas kilométricas.
La atmósfera era demasiado débil en
la mayoría del globo como para que un humano sobreviviera unos
minutos sin morir. Pero los essens querían que los humanos
compartieran con ellos tanto su tecnología como sus recursos para
vivir. Los humanos incrédulos se sentían tan amenazados que no
aceptaban ninguna alianza con tales seres, es más, dentro del Eras
se esparcían rumores de que los essens eran criaturas temibles y de
intenciones perversas, para mantener a la gente alejada de cualquier
curiosidad hacia el exterior. La fuerza militar en las fronteras del
Eras eran tan estrictas que tenían orden de abrir fuego a cualquier
criatura que atravesara su campo de visión. Eran llamados
vulgarmente Praesidos por los Essens ya que protegían con su vida
esos muros.
Esta historia se centra en estos años
donde varios protagonistas, sin saberlo, se dirigen a un mismo
destino...
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Un buen inicio que engancha desde el primer párrafo.
ResponderEliminarOh, me encanta que sea así. Muchas gracias por comentar Ruben es un halago que me animes tú, es fascinante de verdad :)
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