lunes, 19 de noviembre de 2012

Elemental VII

Os dejo hoy con el séptimo capítulo de Elemental y mañana subo el otro por la molestia de la semana pasada espero que os guste. Muchos besos!!!


Capítulo 6: Casta

 
Capítulo 7: Un viejo amigo


-Señor, como verá, este elegante traje lucirá en usted perfectamente, su color combina a la perfección con sus ojos- El sastre le estaba mostrando una lujosa vestimenta en un verde agua resaltada con bordados ocres en forma de espiral invertida que le daban un aspecto majestuoso e impecable.

-Odio esos bordados, muéstrame otro- El monarca mostró una mueca de desagrado y tiró de los ropajes que le ofrecía el hombre que le estaba aconsejando. -Porquería, simple porquería- Después de ver con desgana lo anteriormente mostrado lo dejó caer en el suelo.

-Lo siento su majestad- El súbdito se disculpó mientras retrocedía para escoger otro conjunto de ropa.

-No te molestes en mostrarme más como el anterior o tendremos un problema- Ahora lo miraba amenazante, avisando de su enfado por hacerle perder su valioso tiempo. El hombre lo miró atemorizado y giró para dejar el conjunto que había escogido segundos antes. Esta vez observó de entre varios, uno que le llamó bastante la atención, quizás ese podría salvarle de una muerte segura.

-Mi señor, quizás este sea de vuestro agrado- Se acercó lentamente con sus piernas temblorosas. La tela entre sus manos se balanceaba con su cuerpo, podría decirse que parecía un flan recién servido. Thiago le arrebató rápidamente los ropajes, puso sus brazos estirados frente si para ver con más claridad los detalles de estos. Observó como el imperante color negro de la túnica se entrelazaba con bordados ocres imitando el follaje de la naturaleza. Las mangas se abrían desde los hombros dando un toque original con el que podía mostrar su vestimenta debajo de aquella túnica, una camisa de un blanco glacial con mangas ahuecadas seria su complemento perfecto. El talle quedaba justo en su cintura, lo que podría resaltar su figura, algo que le encantaba. -¿Mi señor?- La temblorosa voz del sastre lo sacó de su ensoñación ese iba a ser su vestuario de hoy.

-¿A qué esperas? Hoy vestiré este atuendo, trae todo lo demás- Volvió a admirar la túnica, y de reojo vio como el hombre tropezaba por el temor que le consumía, Thiago sonrió al ver que ese hombre como todos los de su alrededor obedecían sus ordenes con rapidez. Ya fuera por respeto o por miedo, le daba absolutamente igual pero se divertía al ver a esas personas decaer en su presencia.

El Alatista posó sus patas elegantemente en el patio real, los sirvientes atónitos observaban como el majestuoso animal irrumpía frente al palacio. No había ningún aviso de visita por lo que sus gestos y ademanes eran de preocupación. Alertaron a la guardia por sí era algún enemigo intentando hacer un movimiento en contra del reino. Alguien bajó de la criatura, su cabeza estaba cubierta por una capucha de color ceniza, la capa entera tapaba todo su cuerpo pero dejaba entrever que sus movimientos eran de alguien bien formado en las artes de la elegancia. De lejos se notaba que se trataba de alguien con sangre noble.

-No podéis pasar sin antes hacer un anuncio de vuestra llegada- Uno de los guardias que llegaron allí para procurar mantener al tipo alejado de la entrada a palacio.

-Esto es algo insólito ¿Desde cuando a aquí yo tengo que ir pidiendo audiencia?- El encapuchado habló contundentemente, sin perder la calma que lo caracterizó desde que había irrumpido en aquel patio real.

-Lo sentimos, si no os identificáis no podemos dejaros pasar- El mismo guerrero argumentó, ahora poniéndose un paso más cerca del desconocido. Las personas de alrededor miraban incrédulas la escena.

-Bien ¿Si así lo quieres?- Con un movimiento rápido de su cuerpo se puso justo delante del soldado, pero cuando este iba a atacar con su lanza el extraño sin ningún esfuerzo paso el brazo de su oponente hacia su axila, aplicó presión con su antebrazo hacia arriba y con un doloroso grito el guardia soltó su arma. El otro quiso arremeter también contra el que fácilmente se deshizo de su compañero, solo logró que ese lo desarmara con pasmosa facilidad. Rozó el hombro de aquel hombre con su lanza, recibiendo un golpe bastante doloroso en el vientre para luego recibir otro a la altura de la clavícula. Sin respiración soltó la lanza que fue a parar a manos del rápido desconocido. Sin más dilación y tirando la lanza a un lado, aquel individuo que en varios segundos había derrotados a ambos guardias, corrió hacia la entrada. Todos los presentes aun consternados comenzaron a gritar por ayuda y refuerzos pero era tarde, ese hombre ya estaba cerca de la alcoba real...

-¿Qué es ese alboroto? Odio que no me dejen disfrutar del silencio de las mañanas- El monarca aún sostenía la prenda entre sus brazos, al escuchar ruido fuera se la colocó plegada en el antebrazo. -Anda ve a ver que es lo que pasa- Ordenó al sastre que traía los demás complementos para vestir al regente.

-Sí, mi señor- Con rapidez fue hacia la puerta pero justo cuando iba a abrirla alguien entró bruscamente. Era el encapuchado que había formado el escándalo de afuera hace segundos.

-¿Qué demonios significa esto?- El monarca lucía una mueca de desagrado al ver al extraño entrar de esa forma en sus aposentos.

-Con tu edad y aún te comportas como un crío... No cambias Thiago- La voz de aquél hombre hizo que el rostro del joven se pusiera rojo de ira.

-¿Quién eres y que te crees para hablarme así? ¡Guardias!- Ahora había tirado el ropaje que tenía en su brazo y se acercaba al extraño. Sabía que un movimiento en falso podría desatar una pelea, por lo que se preparó mentalmente para utilizar su poder.

-Dejate de estupideces Thiago, tu poder es cada vez más débil, podría derribarte de un solo un golpe- Sin decir más tiró de su capucha hacia atrás para dejar al descubierto su cabeza. Era un joven de facciones delineadas, su boca pequeña hacía resaltar sus ojos grandes de color azul celeste, su nariz larga y delgada le daba un toque de elegancia a su rostro. Era realmente guapo. Thiago lo reconoció al instante.

-¿Na-Nathar?-Tartamudeó torpemente mientras sus ojos se agrandaban por la sorpresa de ver a aquel hombre frente a él.

-¿Tan sorprendido de verme aquí que ahora también tartamudeas?- El monarca no alcanzó a responder nada ya que varios guardias se presentaron en aquella estancia.

-Mi señor, no pudimos detenerlo...- Alcanzó a decir uno de ellos, venían bastante agitados como si hubieran corrido durante horas.

-¡Largo de aquí!- Ordenó sorprendentemente Thiago sin despegar la vista del joven Nathar.

-Pero señor, no es seguro que deje permanecer a este...

-¡¿Quienes han sido los incompetentes que lo han dejado pasar?! ¡Vosotros! Vuestro rey os dará castigo por eso después, ahora: ¡Largo de aquí!- Interrumpió de nuevo el regente que ahora si recorría con su mirada cada rostro de los guardias presentes. Estos incrédulos obedecieron y salieron de la alcoba de su majestad. También le hizo un gesto a su sastre para que abandonara la habitación. -No te preocupes... Es un viejo amigo...- Avisó antes de que cruzara la puerta aquel sirviente.

-Ya veo como llevas todo esto “Amigo”- El joven Nathar puso énfasis en la palabra amigo mientras comenzaba a pasearse por alrededor de Thiago, mirando la decoración y alguna que otra vez los ojos del noble.

-Muy valiente de tu parte aventurarse a venir aquí... Solo- Giró su cuello hacia Nathar, con una sonrisa falsa en sus labios.

-Ja, sabes perfectamente lo que pasaría si me ocurriera algo entre estas paredes, esto no me quita valentía, pero siempre traigo mi as debajo de la manga, Thiago- Presumió el joven que ahora paraba enfrente de un espejo. Se miró un par de veces antes de pasarse la mano por su flequillo para retocarse el peinado.

-Qué tonto de mi parte pensar tu visita, solo. Disculpadme...- Se inclinó en forma de respeto fingido y con una mueca un tanto siniestra en su rostro.

-Si, muy tonto por tu parte...- Su afirmación provocó el visible enfado de Thiago que sonrió visiblemente molesto.

-Bien ¿Qué trae por aquí a tan valeroso Guerrero?- Con tono irónico, burlesco y lleno de odio. Para cambiar de tema totalmente.

-Aunque te odie tenemos asuntos que tratar ¿De verdad pensaste que no iba a llegar a mis oídos lo de tus “negocios” con la zorra de Asitafna?- Al insultarla Thiago asumió que ella no podría haberle filtrado esa información, pero ¿Entonces quien lo estaría traicionando? Actuó fingiendo sorpresa ante tal revelación.

-¿De qué estas hablando ahora mismo, Nathar? ¿Insinúas que tramo algo en tu contra?- Fijó su mirada en esos ojos azules que ahora sonreían sin explicación lógica.

-¡Ja ja ja! Idiota de mi usar un tono de pregunta en vez de uno de afirmación. Sé lo que tramas con la “dama” Asitafna- Hizo un énfasis en la palabra dama para ironizarla.

-Bien, supongamos que sé de que hablas... ¿Qué es lo que tramo con Asitafna?- Caminó hacia una mesa en la que había varios vasos y una botella con licor. -¿Gustas?- Preguntó sin immutarse ante tal acusación.

-No estoy para juegos Thiago- Se acercó peligrosamente al monarca que no se movió un ápice, desafiante. Sostenía un vaso que había llenado ya segundos antes, con un leve movimiento salvó de verter su contenido.

-Nathar, calmate viejo amigo. ¿Crees que amenazándome con lo de mi hermana dejaré de hacer mis propios planes? Estás muy equivocado- El hombre que tenía enfrente cambió su expresión a una de total confusión.

-¿Aún no comprendes la magnitud del asunto? Justo por eso ella se fue Thiago, tu no mides las consecuencias. Hace mucho que no lo haces... He sido un estúpido al venir aquí, en un rincón de mi mente pensaba que tal vez, solo tal vez, podía hacerte volver a tus sentidos...- No soltaba la solapa del camisón que lucía el regente que había agarrado segundos antes. Cerró sus ojos en total decepción, esto solo hizo soltar una carcajada al noble.

-Nunca mostré otra cara, Nathar. Solo que ahora mi yo verdadero está libre como siempre quise, solo cuando ella vuelva podré cumplir todo lo que añoro. Eso que tanto teméis, lo conseguiré...- Se soltó con un movimiento sin falta de elegancia y puso el vaso en la mesa de donde lo había cogido.

-Pudiste elegir... Ahora como supondrás yo estaré ahí para impedir tus planes y para ayudar a tu hermana a detenerte. Ella aún piensa en ese Thiago de antaño pero claramente se equivoca, aún así yo la apoyaré... Siempre- Se giró y dejó espacio entre él y el monarca. Estaba en conflicto con sus sentimientos pero seguro de lo que acaba de anunciar.

-¿Sabes? Podrías haberlo tenido todo: poder, influencias, amigos... Y a mi hermana...- Al decir la ultima palabra los ojos de Nathar se agrandaron, lleno de ira se abalanzó contra Thiago, pero en el ultimo segundo dudó. -Justo eso es lo que te falta... Ambición. Solo eres un estúpido enamorado de la hermana de tu futuro dios. ¡Ja ja! Creo que eres tu el que aún no se ha dado cuenta...

-Sin tu hermana no eres nadie y yo haré lo que sea por impedir que esté contigo- Fijó su mirada en los ojos del regente y se dirigió hacia la puerta con paso firme.

-Ella por su propio pie vendrá a mi, no lo olvides- Dicho esto Nathar paró en seco por unos segundos pero terminó por irse de la estancia. -¡No lo olvides Nathar!



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